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Sosteniendo un libro de oraciones

REFLEXIONES & ENSEÑANZA

PARASHÁ SEMANAL DE LA TORÁ

La Torá es fundamentalmente el libro que le revela al hombre la VOLUNTAD de Hashem, que debe hacer y cómo debe hacerlo y el objetivo del hombre es apegarse a Hashem.

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Parashá 04 VaYerá

Génesis 18:1 – 22:24

Aliyás de la Torá:

1.   18:1-14

2.   18:15-33

3.   19:1-20

4.   19:21 – 21:4

5.   21:5-21

6.   21:22-34

7.   22:1-24

8.   Maftir: 22:20-24

 

Haftará: 2 Reyes 4:1-37(A); 4:1-23(S)

Los Escritos Mesiánicos: Marcos 4:21 – 6:56

Significa "Y se presentó”. 

Esta Parashá contiene:

PERAKIM (Capítulos)= 5

PESUKIM (Versículos)= 147

MITZVOT ASE= 0

MITZVOT LO TAASE=0

CAPÍTULO 18
 

Visitando al convaleciente - Anuncio del nacimiento de Itzjak.

Primera aliyá, 18:1-14

Gén 18:1  Y el SEÑOR se le apareció en el encinar de Mamre, mientras él estaba sentado a la puerta de la tienda en el calor del día.

Gén 18:2  Cuando alzó los ojos y miró, he aquí, tres hombres estaban parados frente a él; y al verlos corrió de la puerta de la tienda a recibirlos, y se postró en tierra,

Gén 18:3  y dijo: Señor mío, si ahora he hallado gracia ante tus ojos, te ruego que no pases de largo junto a tu siervo.

Gén 18:4  Que se traiga ahora un poco de agua y lavaos los pies, y reposad bajo el árbol;

Gén 18:5  y yo traeré un pedazo de pan para que os alimentéis, y después sigáis adelante, puesto que habéis visitado a vuestro siervo. Y ellos dijeron: Haz así como has dicho.

Gén 18:6  Entonces Abraham fue de prisa a la tienda donde estaba Sara, y dijo: Apresúrate a preparar tres medidas de flor de harina, amásala y haz tortas de pan.

Gén 18:7  Corrió también Abraham a la vacada y tomó un becerro tierno y bueno, y se lo dio al criado, que se apresuró a prepararlo.

Gén 18:8  Tomó también cuajada y leche y el becerro que había preparado, y lo puso delante de ellos; y él se quedó de pie junto a ellos bajo el árbol mientras comían.

Gén 18:9  Entonces ellos le dijeron: ¿Dónde está Sara tu mujer? Y él respondió: Allí en la tienda.

Gén 18:10  Y aquél dijo: Ciertamente volveré a ti por este tiempo el año próximo; y he aquí, Sara tu mujer tendrá un hijo. Y Sara estaba escuchando a la puerta de la tienda que estaba detrás de él.

Gén 18:11  Abraham y Sara eran ancianos, entrados en años; y a Sara le había cesado ya la costumbre de las mujeres.

Gén 18:12  Y Sara se rió para sus adentros, diciendo: ¿Tendré placer después de haber envejecido, siendo también viejo mi señor?

Gén 18:13  Y el SEÑOR dijo a Abraham: ¿Por qué se rió Sara, diciendo: "¿Concebiré en verdad siendo yo tan vieja?"

Gén 18:14  ¿Hay algo demasiado difícil para el SEÑOR? Volveré a ti al tiempo señalado, por este tiempo el año próximo, y Sara tendrá un hijo.

Segunda aliyá, 18:15-33

Gén 18:15  Pero Sara lo negó, porque tuvo miedo, diciendo: No me reí. Y El dijo: No es así, sino que te has reído.

Gén 18:16  Entonces los hombres se levantaron de allí, y miraron hacia Sodoma; y Abraham iba con ellos para despedirlos.

Hashem decide la destrucción de Sodoma y Gomorra.

Gén 18:17  Y el SEÑOR dijo: ¿Ocultaré a Abraham lo que voy a hacer,

Gén 18:18  puesto que ciertamente Abraham llegará a ser una nación grande y poderosa, y en él serán benditas todas las naciones de la tierra?

Gén 18:19  Porque yo lo he escogido para que mande a sus hijos y a su casa después de él que guarden el camino del SEÑOR, haciendo justicia y juicio, para que el SEÑOR cumpla en Abraham todo lo que El ha dicho acerca de él.

Gén 18:20  Y el SEÑOR dijo: El clamor de Sodoma y Gomorra ciertamente es grande, y su pecado es sumamente grave.

Gén 18:21  Descenderé ahora y veré si han hecho en todo conforme a su clamor, el cual ha llegado hasta mí; y si no, lo sabré.

Gén 18:22  Y se apartaron de allí los hombres y fueron hacia Sodoma, mientras Abraham estaba todavía de pie delante del SEÑOR.

Gén 18:23  Y Abraham se acercó, y dijo: ¿En verdad destruirás al justo junto con el impío?

Gén 18:24  Tal vez haya cincuenta justos dentro de la ciudad; ¿en verdad la destruirás y no perdonarás el lugar por amor a los cincuenta justos que hay en ella?

Gén 18:25  Lejos de ti hacer tal cosa: matar al justo con el impío, de modo que el justo y el impío sean tratados de la misma manera. ¡Lejos de ti! El Juez de toda la tierra, ¿no hará justicia?

Gén 18:26  Entonces el SEÑOR dijo: Si hallo en Sodoma cincuenta justos dentro de la ciudad, perdonaré a todo el lugar por consideración a ellos.

Gén 18:27  Y Abraham respondió, y dijo: He aquí, ahora me he atrevido a hablar al Señor, yo que soy polvo y ceniza.

Gén 18:28  Tal vez falten cinco para los cincuenta justos, ¿destruirás por los cinco a toda la ciudad? Y El respondió: No ladestruiré si hallo allí cuarenta y cinco.

Gén 18:29  Abraham le habló de nuevo, y dijo: Tal vez se hallen allí cuarenta. Y El respondió: No lo haré, por consideración a los cuarenta.

Gén 18:30  Entonces Abraham dijo: No se enoje ahora el Señor, y hablaré; tal vez se hallen allí treinta. Y El respondió: No lo haré si hallo allí treinta.

Gén 18:31  Y Abraham dijo: He aquí, ahora me he atrevido a hablar al Señor; tal vez se hallen allí veinte. Y El respondió: No la destruiré por consideración a los veinte.

Gén 18:32  Entonces dijo Abraham: No se enoje ahora el Señor, y hablaré sólo esta vez; tal vez se hallen allí diez. Y El respondió: No la destruiré por consideración a los diez.

Gén 18:33  Y el SEÑOR se fue tan pronto como acabó de hablar con Abraham; y Abraham volvió a su lugar.

CAPÍTULO 19

Destrucción de Sedom

Tercera aliyá, 19:1:20 

Gén 19:1  Llegaron, pues, los dos ángeles a Sodoma al caer la tarde, cuando Lot estaba sentado a la puerta de Sodoma. Al verlos, Lot se levantó para recibirlos y se postró rostro en tierra,

Gén 19:2  y dijo: He aquí ahora, señores míos, os ruego que entréis en la casa de vuestro siervo y paséis en ella la noche y lavéis vuestros pies; entonces os levantaréis temprano y continuaréis vuestro camino. Pero ellos dijeron: No, sino que pasaremos la noche en la plaza.

Gén 19:3  El, sin embargo, les rogó con insistencia, y ellos fueron con él y entraron en su casa; y les preparó un banquete y coció pan sin levadura, y comieron.

Gén 19:4  Aún no se habían acostado, cuando los hombres de la ciudad, los hombres de Sodoma, rodearon la casa, tanto jóvenes como viejos, todo el pueblo sin excepción.

Gén 19:5  Y llamaron a Lot, y le dijeron: ¿Dónde están los hombres que vinieron a ti esta noche? Sácalos para que los conozcamos.

Gén 19:6  Entonces Lot salió a ellos a la entrada, y cerró la puerta tras sí,

Gén 19:7  y dijo: Hermanos míos, os ruego que no obréis perversamente.

Gén 19:8  He aquí ahora tengo dos hijas que no han conocido varón; permitidme sacarlas a vosotros y haced con ellas como mejor os parezca; pero no hagáis nada a estos hombres, pues se han amparado bajo mi techo.

Gén 19:9  Mas ellos dijeron: ¡Hazte a un lado! Y dijeron además: Este vino como extranjero, y ya está actuando como juez; ahora te trataremos a ti peor que a ellos. Y acometieron contra Lot y estaban a punto de romper la puerta,

Gén 19:10  pero los dos hombres extendieron la mano y metieron a Lot en la casa con ellos, y cerraron la puerta.

Gén 19:11  Y a los hombres que estaban a la entrada de la casa los hirieron con ceguera desde el menor hasta el mayor, de manera que se cansaban tratando de hallar la entrada.

Gén 19:12  Entonces los dos hombres dijeron a Lot: ¿A quién más tienes aquí? A tus yernos, a tus hijos, a tus hijas y quienquiera que tengas en la ciudad, sácalos de este lugar;

Gén 19:13  porque vamos a destruir este lugar, pues su clamor ha llegado a ser tan grande delante del SEÑOR, que el SEÑOR nos ha enviado a destruirlo.

Gén 19:14  Y salió Lot y habló a sus yernos que iban a casarse con sus hijas, y dijo: Levantaos, salid de este lugar porque el SEÑOR destruirá la ciudad. Pero a sus yernos les pareció que bromeaba.

Gén 19:15  Y al amanecer, los ángeles apremiaban a Lot, diciendo: Levántate, toma a tu mujer y a tus dos hijas que están aquí, para que no seáis destruidos en el castigo de la ciudad.

Gén 19:16  Mas él titubeaba. Entonces los dos hombres tomaron su mano y la mano de su mujer y la mano de sus dos hijas, porque la compasión del SEÑOR estaba sobre él; y lo sacaron y lo pusieron fuera de la ciudad.

Gén 19:17  Y aconteció que cuando los habían llevado fuera, uno le dijo: Huye por tu vida. No mires detrás de ti y no te detengas en ninguna parte del valle; escapa al monte, no sea que perezcas.

Gén 19:18  Pero Lot les dijo: No, por favor, señores míos.

Gén 19:19  Ahora he aquí, tu siervo ha hallado gracia ante tus ojos, y has engrandecido tu misericordia la cual me has mostrado salvándome la vida; mas no puedo escapar al monte, no sea que el desastre me alcance, y muera.

Gén 19:20  Ahora he aquí, esta ciudad está bastante cerca para huir a ella, y es pequeña. Te ruego que me dejes huir allá (¿no es pequeña?) para salvar mi vida.

Cuarta aliyá, 19:21 - 21:4

Gén 19:21  Y él le respondió: He aquí, te concedo también esta petición de no destruir la ciudad de que has hablado.

Gén 19:22  Date prisa, escapa allá, porque nada puedo hacer hasta que llegues allí. Por eso el nombre que se le puso a la ciudad fue Zoar.

Gén 19:23  El sol había salido sobre la tierra cuando Lot llegó a Zoar.

Gén 19:24  Entonces el SEÑOR hizo llover sobre Sodoma y Gomorra azufre y fuego, de parte del SEÑOR desde los cielos;

Gén 19:25  y destruyó aquellas ciudades y todo el valle y todos los habitantes de las ciudades y todo lo que crecía en la tierra.

Gén 19:26  Pero la mujer de Lot, que iba tras él, miró hacia atrás y se convirtió en una columna de sal.

Gén 19:27  Y Abraham se levantó muy de mañana, y fue al sitio donde había estado delante del SEÑOR;

Gén 19:28  y dirigió la vista hacia Sodoma y Gomorra y hacia toda la tierra del valle y miró; y he aquí, el humo ascendía de la tierra como el humo de un horno.

Gén 19:29  Y aconteció que cuando Dios destruyó las ciudades del valle, se acordó Dios de Abraham e hizo salir a Lot de en medio de la destrucción, cuando destruyó las ciudades donde habitaba Lot.

Gén 19:30  Subió Lot de Zoar y habitó en los montes, y sus dos hijas con él, pues tenía miedo de quedarse en Zoar. Y habitó en una cueva, él y sus dos hijas.

Las hijas de Lot se acuestan con su padre

Gén 19:31  Entonces la mayor dijo a la menor: Nuestro padre es viejo y no hay ningún hombre en el país que se llegue a nosotras según la costumbre de toda la tierra.

Gén 19:32  Ven, hagamos que beba vino nuestro padre, y acostémonos con él para preservar nuestra familia por medio de nuestro padre.

Gén 19:33  Aquella noche hicieron que bebiera vino su padre, y la mayor entró y se acostó con su padre, y él no supo cuando ella se acostó ni cuando se levantó.

Gén 19:34  Y aconteció que al día siguiente la mayor dijo a la menor: Mira, anoche yo me acosté con mi padre; hagamos que beba vino esta noche también, y entonces entra tú y acuéstate con él, para preservar nuestra familia por medio de nuestro padre.

Gén 19:35  De manera que también aquella noche hicieron que bebiera vino su padre, y la menor se levantó y se acostó con él, y él no supo cuando ella se acostó ni cuando se levantó.

Gén 19:36  Y las dos hijas de Lot concibieron de su padre.

Gén 19:37  Y la mayor dio a luz un hijo, y lo llamó Moab; él es el padre de los moabitas hasta hoy.

Gén 19:38  Y en cuanto a la menor, también ella dio a luz un hijo, y lo llamó Ben-ammi; él es el padre de los amonitas hasta hoy.

CAPÍTULO 20

Sará y Avimélej

Gén 20:1  Y Abraham partió de allí hacia la tierra del Neguev, y se estableció entre Cades y Shur; entonces estuvo por un tiempo en Gerar.

Gén 20:2  Y Abraham dijo de Sara su mujer: Es mi hermana. Entonces Abimelec, rey de Gerar, envió y tomó a Sara.

Gén 20:3  Pero Dios vino a Abimelec en un sueño de noche, y le dijo: He aquí, eres hombre muerto por razón de la mujer que has tomado, pues está casada.

Gén 20:4  Mas Abimelec no se había acercado a ella, y dijo: Señor, ¿destruirás a una nación aunque sea inocente?

Gén 20:5  ¿No me dijo él mismo: "Es mi hermana"? Y ella también dijo: "Es mi hermano." En la integridad de mi corazón y con manos inocentes yo he hecho esto.

Gén 20:6  Entonces Dios le dijo en el sueño: Sí, yo sé que en la integridad de tu corazón has hecho esto; y además, yo te guardé de pecar contra mí; por eso no te dejé que la tocaras.

Gén 20:7  Ahora pues, devuelve la mujer al marido, porque él es profeta y orará por ti, y vivirás. Mas si no la devuelves, sabe que de cierto morirás, tú y todos los tuyos.

Gén 20:8  Abimelec se levantó muy de mañana, llamó a todos sus siervos y relató todas estas cosas a oídos de ellos; y los hombres se atemorizaron en gran manera.

Gén 20:9  Entonces Abimelec llamó a Abraham, y le dijo: ¿Qué nos has hecho? ¿Y en qué he pecado contra ti, para que hayas traído sobre mí y sobre mi reino un pecado tan grande? Me has hecho cosas que no se deben hacer.

Gén 20:10  Y Abimelec añadió a Abraham: ¿Qué has hallado para que hayas hecho esto?

Gén 20:11  Y Abraham respondió: Porque me dije: Sin duda no hay temor de Dios en este lugar, y me matarán por causa de mi mujer.

Gén 20:12  Además, en realidad es mi hermana, hija de mi padre, pero no hija de mi madre; y vino a ser mi mujer.

Gén 20:13  Y sucedió que cuando Dios me hizo salir errante de la casa de mi padre, yo le dije a ella: "Este es el favor que me harás: a cualquier lugar que vayamos, dirás de mí: 'Es mi hermano.'"

El rey de Guerra, Avimélej, desiste de poseer a Sará

Gén 20:14  Entonces Abimelec tomó ovejas y vacas, siervos y siervas, y se los dio a Abraham, y le devolvió a Sara su mujer.

Gén 20:15  Y dijo Abimelec: He aquí, mi tierra está delante de ti; habita donde quieras.

Gén 20:16  Y a Sara le dijo: Mira, he dado a tu hermano mil piezas de plata; he aquí, esta es tu vindicación delante de todos los que están contigo, y ante todos, quedas vindicada.

Gén 20:17  Abraham oró a Dios, y Dios sanó a Abimelec, a su mujer y a sus siervas; y tuvieron hijos.

Gén 20:18  Porque el SEÑOR había cerrado completamente toda matriz en la casa de Abimelec por causa de Sara, mujer de Abraham.

CAPÍTULO 21

Nacimiento de Itzjak

Gén 21:1  Entonces el SEÑOR visitó a Sara como había dicho, e hizo el SEÑOR por Sara como había prometido.

Gén 21:2  Y Sara concibió y dio a luz un hijo a Abraham en su vejez, en el tiempo señalado que Dios le había dicho.

Gén 21:3  Y Abraham le puso el nombre de Isaac al hijo que le nació, que le dio a luz Sara.

Gén 21:4  Y circuncidó Abraham a su hijo Isaac a los ocho días, como Dios le había mandado.

Quinta aliyá, 21:5-21

Gén 21:5  Abraham tenía cien años cuando le nació su hijo Isaac.

Gén 21:6  Y dijo Sara: Dios me ha hecho reír; cualquiera que lo oiga se reirá conmigo.

Gén 21:7  Y añadió: ¿Quién le hubiera dicho a Abraham que Sara amamantaría hijos? Pues bien, le he dado a luz un hijo en su vejez.

Gén 21:8  Y el niño creció y fue destetado, y Abraham hizo un gran banquete el día que Isaac fue destetado.

Por orden de Sará, Hashem expulsa a Hagar e Ishmael.

Gén 21:9  Y Sara vio al hijo que Agar la egipcia le había dado a luz a Abraham burlándose de su hijo Isaac,

Gén 21:10  y dijo a Abraham: Echa fuera a esta sierva y a su hijo, porque el hijo de esta sierva no ha de ser heredero juntamente con mi hijo Isaac.

Gén 21:11  Y el asunto angustió a Abraham en gran manera por tratarse de su hijo.

Gén 21:12  Mas Dios dijo a Abraham: No te angusties por el muchacho ni por tu sierva; presta atención a todo lo que Sara te diga, porque por Isaac será llamada tu descendencia.

Gén 21:13  Y también del hijo de la sierva haré una nación, por ser tu descendiente.

Gén 21:14  Se levantó, pues, Abraham muy de mañana, tomó pan y un odre de agua y los dio a Agar poniéndoselos sobre el hombro, y le dio el muchacho y la despidió. Y ella se fue y anduvo errante por el desierto de Beerseba.

Gén 21:15  Y el agua en el odre se acabó, y ella dejó al muchacho debajo de uno de los arbustos,

Gén 21:16  y ella fue y se sentó enfrente, como a un tiro de arco de distancia, porque dijo: Que no vea yo morir al niño. Y se sentó enfrente y alzó su voz y lloró.

Gén 21:17  Y oyó Dios la voz del muchacho que lloraba ; y el ángel de Dios llamó a Agar desde el cielo, y le dijo: ¿Qué tienes, Agar? No temas, porque Dios ha oído la voz del muchacho en donde está.

Gén 21:18  Levántate, alza al muchacho y sostenlo con tu mano; porque yo haré de él una gran nación.

Gén 21:19  Entonces Dios abrió los ojos de ella, y vio un pozo de agua; y fue y llenó el odre de agua y dio de beber al muchacho.

Gén 21:20  Y Dios estaba con el muchacho, que creció y habitó en el desierto y se hizo arquero.

Gén 21:21  Y habitó en el desierto de Parán, y su madre tomó para él una mujer de la tierra de Egipto.

Pacto con Avimélej

Sexta aliyá, 21:22-34

Gén 21:22  Aconteció por aquel tiempo que Abimelec, con Ficol, comandante de su ejército, habló a Abraham, diciendo: Dios está contigo en todo lo que haces;

Gén 21:23  ahora pues, júrame aquí por Dios que no obrarás falsamente conmigo, ni con mi descendencia, ni con mi posteridad, sino que conforme a la bondad que te he mostrado, así me mostrarás a mí y a la tierra en la cual has residido.

Gén 21:24  Y Abraham dijo: Yo lo juro.

Gén 21:25  Pero Abraham se quejó a Abimelec a causa de un pozo de agua del cual los siervos de Abimelec se habían apoderado.

Gén 21:26  Y Abimelec dijo: No sé quién haya hecho esto, ni tú me lo habías hecho saber, ni yo lo había oído hasta hoy.

Gén 21:27  Y Abraham tomó ovejas y vacas y se los dio a Abimelec. Y los dos hicieron un pacto.

Gén 21:28  Entonces Abraham puso aparte siete corderas del rebaño.

Gén 21:29  Y Abimelec dijo a Abraham: ¿Qué significan estas siete corderas que has puesto aparte?

Gén 21:30  Y él respondió: Tomarás estas siete corderas de mi mano para que esto me sirva de testimonio de que yo cavé este pozo.

Gén 21:31  Por lo cual llamó aquel lugar Beerseba, porque allí juraron los dos.

Gén 21:32  Hicieron, pues, un pacto en Beerseba; y se levantó Abimelec con Ficol, comandante de su ejército, y regresaron a la tierra de los filisteos.

Gén 21:33  Y Abraham plantó un tamarisco en Beerseba, y allí invocó el nombre del SEÑOR, el Dios eterno.

Gén 21:34  Y peregrinó Abraham en la tierra de los filisteos por muchos días.

CAPÍTULO 22

Hashem pone a prueba la fe de Abraham - Akedat Itzjak.

Séptima  aliyá, 22:1-24

Gén 22:1  Aconteció que después de estas cosas, Dios probó a Abraham, y le dijo: ¡Abraham! Y él respondió: Heme aquí.

Gén 22:2  Y Dios dijo: Toma ahora a tu hijo, tu único, a quien amas, a Isaac, y ve a la tierra de Moriah, y ofrécelo allí en holocausto sobre uno de los montes que yo te diré.

Gén 22:3  Abraham se levantó muy de mañana, aparejó su asno y tomó con él a dos de sus mozos y a su hijo Isaac; y partió leña para el holocausto, y se levantó y fue al lugar que Dios le había dicho.

Gén 22:4  Al tercer día alzó Abraham los ojos y vio el lugar de lejos.

Gén 22:5  Entonces Abraham dijo a sus mozos: Quedaos aquí con el asno; yo y el muchacho iremos hasta allá, adoraremos y volveremos a vosotros.

Gén 22:6  Tomó Abraham la leña del holocausto y la puso sobre Isaac su hijo, y tomó en su mano el fuego y el cuchillo. Y los dos iban juntos.

Gén 22:7  Y habló Isaac a su padre Abraham, y le dijo: Padre mío. Y él respondió: Heme aquí, hijo mío. Y dijo Isaac: Aquí están el fuego y la leña, pero ¿dónde está el cordero para el holocausto?

Gén 22:8  Y Abraham respondió: Dios proveerá para sí el cordero para el holocausto, hijo mío. Y los dos iban juntos.

Gén 22:9  Llegaron al lugar que Dios le había dicho y Abraham edificó allí el altar, arregló la leña, ató a su hijo Isaac y lo puso en el altar sobre la leña.

Abraham supera la prueba de fe

Gén 22:10  Entonces Abraham extendió su mano y tomó el cuchillo para sacrificar a su hijo.

Gén 22:11  Mas el ángel del SEÑOR lo llamó desde el cielo y dijo: ¡Abraham, Abraham! Y él respondió: Heme aquí.

Gén 22:12  Y el ángel dijo: No extiendas tu mano contra el muchacho, ni le hagas nada; porque ahora sé que temes a Dios, ya que no me has rehusado tu hijo, tu único.

Gén 22:13  Entonces Abraham alzó los ojos y miró, y he aquí, vio un carnero detrás de él trabado por los cuernos en un matorral; y Abraham fue, tomó el carnero y lo ofreció en holocausto en lugar de su hijo.

Gén 22:14  Y llamó Abraham aquel lugar con el nombre de El SEÑOR Proveerá, como se dice hasta hoy: En el monte del SEÑOR se proveerá.

Gén 22:15  El ángel del SEÑOR llamó a Abraham por segunda vez desde el cielo,

Gén 22:16  y dijo: Por mí mismo he jurado, declara el SEÑOR, que por cuanto has hecho esto y no me has rehusado tu hijo, tu único,

Gén 22:17  de cierto te bendeciré grandemente, y multiplicaré en gran manera tu descendencia como las estrellas del cielo y como la arena en la orilla del mar, y tu descendencia poseerá la puerta de sus enemigos.

Gén 22:18  Y en tu simiente serán bendecidas todas las naciones de la tierra, porque tú has obedecido mi voz.

Gén 22:19  Entonces Abraham volvió a sus mozos, y se levantaron y fueron juntos a Beerseba. Y habitó Abraham en Beerseba.

Nacimiento de Rivká, esposa de Itzjak

Maftir

Gén 22:20  Y aconteció después de estas cosas, que le dieron noticia a Abraham, diciendo: He aquí que Milca también le ha dado a luz hijos a tu hermano Nacor:

Gén 22:21  Uz su primogénito, Buz su hermano, y Kemuel, padre de Aram,

Gén 22:22  Quesed, Hazo, Pildas, Jidlaf y Betuel.

Gén 22:23  Y Betuel engendró a Rebeca. Estos ocho hijos dio a luz Milca a Nacor, hermano de Abraham.

Gén 22:24  También su concubina, de nombre Reúma, dio a luz a Teba, a Gaham, a Tahas y a Maaca.

HAFTARAT VAYERÁ

2 Melajim (Reyes) 4:1-37

Elisha y la viuda menesterosa

2Re 4:1  Y una mujer de las mujeres de los hijos de los profetas clamó a Eliseo, diciendo: Tu siervo, mi marido, ha muerto, y tú sabes que tu siervo temía al SEÑOR; y ha venido el acreedor a tomar a mis dos hijos para esclavos suyos.

2Re 4:2  Y Eliseo le dijo: ¿Qué puedo hacer por ti? Dime qué tienes en casa. Y ella respondió: Tu sierva no tiene en casa más que una vasija de aceite.

2Re 4:3  Entonces él le dijo: Ve, pide vasijas prestadas por todas partes de todos tus vecinos, vasijas vacías; no pidas pocas.

2Re 4:4  Luego entra y cierra la puerta detrás de ti y de tus hijos y echa el aceite en todas estas vasijas, poniendo aparte las que estén llenas.

2Re 4:5  Y ella se fue de su lado, y cerró la puerta tras sí y de sus hijos; y ellos traían las vasijas y ella echaba el aceite.

2Re 4:6  Y sucedió que cuando las vasijas estuvieron llenas, dijo ella a un hijo suyo: Tráeme otra vasija. Y él le dijo: No hay más vasijas. Y cesó el aceite.

2Re 4:7  Entonces ella fue y se lo contó al hombre de Dios. Y él le dijo: Ve, vende el aceite y paga tu deuda, y tú y tus hijos podéis vivir de lo que quede.

2Re 4:8  Y aconteció que un día pasaba Eliseo por Sunem, donde había una mujer distinguida, y ella le persuadió a que comiera. Y así fue que siempre que pasaba, entraba allí a comer.

2Re 4:9  Y ella dijo a su marido: He aquí, ahora entiendo que éste que siempre pasa por nuestra casa, es un hombre santo de Dios.

2Re 4:10  Te ruego que hagamos un pequeño aposento alto, con paredes, y pongamos allí para él una cama, una mesa, una silla y un candelero; y será que cuando venga a nosotros, se podrá retirar allí.

2Re 4:11  Y aconteció que un día vino él por allí, se retiró al aposento alto y allí se acostó.

2Re 4:12  Entonces dijo a Giezi su criado: Llama a esta sunamita. Y cuando la llamó, ella se presentó delante de él.

2Re 4:13  Y él le dijo a Giezi: Dile ahora: "He aquí, te has preocupado por nosotros con todo este cuidado; ¿qué puedo hacer por ti? ¿Quieres que hable por ti al rey o al jefe del ejército?" Y ella respondió: Yo vivo en medio de mi pueblo.

2Re 4:14  El entonces dijo: ¿Qué, pues, se puede hacer por ella? Y Giezi respondió: En verdad ella no tiene ningún hijo y su marido es viejo.

2Re 4:15  Y él dijo: Llámala. Cuando él la llamó, ella se detuvo a la entrada.

2Re 4:16  Entonces él le dijo: Por este tiempo, el año que viene, abrazarás un hijo. Y ella dijo: No, señor mío, hombre de Dios, no engañes a tu sierva.

2Re 4:17  Pero la mujer concibió y dio a luz un hijo al año siguiente en el tiempo que Eliseo le había dicho.

2Re 4:18  Y cuando el niño creció, llegó el día en que salió al campo adonde estaba su padre con los segadores,

2Re 4:19  y dijo a su padre: ¡Ay, mi cabeza, mi cabeza! Y el padre dijo a un criado: Llévalo a su madre.

2Re 4:20  Y tomándolo, lo llevó a su madre, y estuvo sentado en sus rodillas hasta el mediodía, y murió.

2Re 4:21  Entonces ella subió y lo puso sobre la cama del hombre de Dios, cerró la puerta detrás de él y salió.

2Re 4:22  Luego llamó a su marido y le dijo: Te ruego que me envíes uno de los criados y una de las asnas, para que yo vaya corriendo al hombre de Dios y regrese.

2Re 4:23  Y él dijo: ¿Por qué vas hoy a él? No es luna nueva ni día de reposo. Y ella respondió: Quédate en paz.

2Re 4:24  Entonces ella aparejó el asna y dijo a su criado: Arrea y anda; no detengas el paso por mí a menos que yo te lo diga.

2Re 4:25  Y ella fue y llegó al hombre de Dios en el monte Carmelo. Y sucedió que cuando el hombre de Dios la vio a lo lejos, dijo a Giezi su criado: He aquí, allá viene la sunamita.

2Re 4:26  Te ruego que corras ahora a su encuentro y le digas: "¿Te va bien a ti? ¿Le va bien a tu marido? ¿Le va bien al niño?" Y ella respondió: Bien.

2Re 4:27  Cuando ella llegó al monte, al hombre de Dios, se asió de sus pies. Y Giezi se acercó para apartarla, pero el hombre de Dios dijo: Déjala, porque su alma está angustiada y el SEÑOR me lo ha ocultado y no me lo ha revelado.

2Re 4:28  Entonces ella dijo: ¿Acaso pedí un hijo a mi señor? ¿No dije: "No me engañes?"

2Re 4:29  Entonces él dijo a Giezi: Ciñe tus lomos y toma mi báculo en tu mano, y vete; si encuentras a alguno, no lo saludes, y si alguien te saluda, no le respondas, y pon mi báculo sobre el rostro del niño.

2Re 4:30  Y la madre del niño dijo: Vive el SEÑOR y vive tu alma, que no me apartaré de ti. Entonces él se levantó y la siguió.

2Re 4:31  Y Giezi se adelantó a ellos y puso el báculo sobre el rostro del niño, mas no hubo voz ni reacción. Así que volvió para encontrarlo, y le dijo: El niño no ha despertado.

2Re 4:32  Cuando Eliseo entró en la casa, he aquí, el niño estaba muerto, tendido sobre su cama.

2Re 4:33  Y entrando, cerró la puerta tras ambos y oró al SEÑOR.

2Re 4:34  Entonces subió y se acostó sobre el niño, y puso la boca sobre su boca, los ojos sobre sus ojos y las manos sobre sus manos, y se tendió sobre él; y la carne del niño entró en calor.

2Re 4:35  Entonces Eliseo volvió y caminó por la casa de un lado para otro, y subió y se tendió sobre él; y el niño estornudó siete veces y abrió sus ojos.

2Re 4:36  Y Eliseo llamó a Giezi y le dijo: Llama a la sunamita. Y él la llamó. Y cuando ella vino a Eliseo, él dijo: Toma a tu hijo.

2Re 4:37  Entonces ella entró, cayó a sus pies y se postró en tierra, y tomando a su hijo, salió. En el Zohar de está parashá menciona que este niño fue el profeta Habacuc.

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