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Sosteniendo un libro de oraciones

REFLEXIONES & ENSEÑANZA

PARASHÁ SEMANAL DE LA TORÁ

La Torá es fundamentalmente el libro que le revela al hombre la VOLUNTAD de Hashem, que debe hacer y cómo debe hacerlo y el objetivo del hombre es apegarse a Hashem.

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Parashá 06 Toledót

Génesis 25:19 – 28:9

Aliyás de la Torá:

1. 25:19 – 26:5

2. 26:6-12 

3. 26:13-22

4. 26:23-29

5. 26:30 – 27:27

6. 27:28 – 28:4

7. 28:5-9

8. Maftir: 28:7-9

 

Haftará: (Malaquías 1:1 – 2:7)

Los Escritos Mesiánicos: Marcos 9:14 – 10:31

Toldot significa Plural de toldá[1] que significa “generación”, “descendiente”, “historia”, “memoria”, “crónica”. 

Esta Parashá contiene:

PERAKIM (Capítulos)= 3+

PESUKIM (Versículos)= 106

MITZVOT ASE= 0

MITZVOT LO TAASE=0

Introducción:

 

Que aprendemos de esta Parashá la vida de dos hombres (EISAV viene de una raíz Ra= malo y Rasha=perverso) y IAACOV (Tzadik=justo) que marcan el destino de la humanidad,  la historia de dos pueblos, dos naciones, dos culturas, dos fuerzas (una fuerza TUMA= impureza y una fuerza KEDUSHÁ= santidad).

Antecedentes familiares: Teraj era un súbdito leal del rey Nimrod y el más famoso idólatra de su generación y además era dueño de la más grande fábrica o negocio de ídolos en Ur Kasdim.

 Teraj engendro a: Avram, Najor y Harán engendro a Lot, Milká e Iská= Sarai , y Najor se casó con su sobrina Milka y engendro a Betuel, así como Avram se casó con su sobrina Sarai.

Betuel nieto de Teraj era un gobernante depravado de Aram Naharaim engendro a Laban= blanco otro rasha, estafador y a Rivka era como una rosa entre las espinas, es por eso que tenemos que tener cuidado de las bendiciones de los malvados por qué es una maldición (Pr.3:33). Ejemplo ver Parashá 5 Jayé Sará en Gn.24:60 la bendición de una Ra (malo) Labán para su hermana Rivká.

Pro 3:33  La maldición del SEÑOR está sobre la casa del impío, pero El bendice la morada del justo.

Labán engendro a Lea y Rajel vean las maldiciones generacionales de nuestros antepasados que recaen en nuestro hijos por la maldad de nuestros padres  (Ex.20), entonces ahora entendemos por qué el Eterno el único y verdadero Elohim le revelo y le ordeno a Abraham irse de su tierra, de su parentela ( Gn.12) hacia la tierra prometida; allí Elohim le revelo todos los secretos de las fuerzas de Kedusha (santidad) y conocía ambas fuerzas es por eso que tenía que dar regalos a sus 6 hijos que engendro con Keturá o la misma Hagar y dejar toda la herencia espiritual y física a su hijo de la promesa Itzjak que fue de igual manera un virtuoso, lleno de pureza y santidad que le inyecto su padre Abraham. Y esta es la única herencia que puede uno dejarle a nuestro hijos hoy en día pero tristemente muchos no quieren tomar las bendiciones y toman finalmente sus propias decisiones y responsabilidades ( Libre Albedrio )Dt.30.

Finalmente los sabios nos cuenta acerca de lo que Rivka estaba sintiendo en su vientre y pasaba frente a la puerta de algún lugar de idolatría, sentía patadas en su vientre. Era Esav que quería salir. (Sal.58:3 Impio= malo, pecador, perverso, prevaricador, transgresor); Sal.7:11; 32:10; 37:28; 43:1; Pr.4:14.19. Y si pasaba ante la puerta de alguna yeshiva o de alguna sinagoga, ella también sentía patadas en su vientre . Era Yaakov, quien deseaba salir.

De aquí aprendemos que, cuando estamos en compañía de un rasha (malvado), es imposible estar en contacto con Di-s. Es decir, para obtener inspiración divina (Ruaj Hakodesh), la Shejina (Presencia Divina) y la constante ayuda de Di-s, debemos estar siempre en compañía de gente pura y santa. Que se conviertan, se vuelvan al único y verdadero Elohim de Israel y no al revés que tú te conviertas o te vuelvas a sus ídolos, costumbres y tradiciones paganas. (Ver Dt.30:2; 2Cr.7:14; Sal.19:7; Jer.18:8,11; Ez.14:6; 18:30; Jl.2:12; Hch.26:18; 1Ts.1:9.)

La historia del pueblo de Israel nos demuestra que cuando K´lal Israel fue leal a Hashem, Eisav carecia de poder. Esta falta de adhesión a la Torá y anti- Semitismo son una relación causa- efecto. Existe un solo método efectivo para controlar el anti-Semitismo y es: INTENSIFICAR EL ESTUDIO DE LA TORA. Y hay que renunciar a esto dos espíritus: Falta de adhesión a la Torá y al Anti- Semitismo.

Amén ve Amén.

CAPÍTULO 25


Iaacov y Esav (Esaú)

Primera aliyá, 25:19- 26:5

Gén 25:19  Estas son las generaciones de Isaac, hijo de Abraham: Abraham engendró a Isaac. (Haz clic para ver comentario)

Gén 25:20  Tenía Isaac cuarenta años cuando tomó por mujer a Rebeca, hija de Betuel, arameo de Padán-aram, hermana de Labán arameo. (Haz clic para ver comentario)

Gén 25:21  Y oró Isaac al SEÑOR en favor de su mujer, porque ella era estéril; y lo escuchó el SEÑOR, y Rebeca su mujer concibió. (Haz clic para ver comentario)

Gén 25:22  Y los hijos luchaban dentro de ella; y ella dijo: Si esto es así, ¿para qué vivo yo? Y fue a consultar al SEÑOR.

Gén 25:23  Y el SEÑOR le dijo: Dos naciones hay en tu seno, y dos pueblos se dividirán desde tus entrañas; un pueblo será más fuerte que el otro, y el mayor servirá al menor.

Gén 25:24  Y cuando se cumplieron los días de dar a luz, he aquí, había mellizos en su seno.

Gén 25:25  Salió el primero rojizo, todo velludo como una pelliza, y lo llamaron Esaú.

Gén 25:26  Y después salió su hermano, con su mano asida al talón de Esaú, y lo llamaron Jacob. Isaac tenía sesenta años cuando ella los dio a luz.

Gén 25:27  Los niños crecieron, y Esaú llegó a ser diestro cazador, hombre del campo; pero Jacob era hombre pacífico, que habitaba en tiendas.

Gén 25:28  Y amaba Isaac a Esaú porque le gustaba lo que cazaba, pero Rebeca amaba a Jacob.

Gén 25:29  Un día, cuando Jacob había preparado un potaje, Esaú vino del campo, agotado; (Haz clic para ver comentario)

Gén 25:30  y Esaú dijo a Jacob: Te ruego que me des a comer un poco de ese guisado rojo, pues estoy agotado. Por eso lo llamaron Edom.

Gén 25:31  Pero Jacob le dijo: Véndeme primero tu primogenitura.

Gén 25:32  Y Esaú dijo: He aquí, estoy a punto de morir; ¿de qué me sirve, pues, la primogenitura?

Gén 25:33  Y Jacob dijo: Júramelo primero; y él se lo juró, y vendió su primogenitura a Jacob.

Gén 25:34  Entonces Jacob dio a Esaú pan y guisado de lentejas; y él comió y bebió, se levantó y se fue. Así menospreció Esaú la primogenitura.

CAPÍTULO 26

Itzjak y los filisteos

Gén 26:1  Y hubo hambre en la tierra, además del hambre anterior que había ocurrido durante los días de Abraham. Y se fue Isaac a Gerar, a Abimelec, rey de los filisteos.

Gén 26:2  Y se le apareció el SEÑOR, y dijo: No desciendas a Egipto; quédate en la tierra que yo te diré.

Gén 26:3  Reside en esta tierra y yo estaré contigo y te bendeciré, porque a ti y a tu descendencia daré todas estas tierras, y confirmaré contigo el juramento que juré a tu padre Abraham.

Gén 26:4  Y multiplicaré tu descendencia como las estrellas del cielo, y daré a tu descendencia todas estas tierras; y en tu simiente serán bendecidas todas las naciones de la tierra,

Gén 26:5  porque Abraham me obedeció, y guardó mi ordenanza, mis mandamientos, mis estatutos y mis leyes.

Segunda aliyá, 26:6-12

Gén 26:6  Habitó, pues, Isaac en Gerar.

Gén 26:7  Y cuando los hombres de aquel lugar le preguntaron acerca de su mujer, él dijo: Es mi hermana; porque tenía temor de decir: Es mi mujer. Porque pensaba: no sea que los hombres del lugar me maten por causa de Rebeca, pues es de hermosa apariencia.

Gén 26:8  Y sucedió que después de haber estado allí largo tiempo, Abimelec, rey de los filisteos, miró por una ventana, y he aquí, vio a Isaac acariciando a Rebeca su mujer. (Haz clic para ver comentario)

Gén 26:9  Entonces Abimelec llamó a Isaac, y le dijo: He aquí ciertamente ella es tu mujer. ¿Cómo, pues, dijiste: "Es mi hermana"? E Isaac le respondió: Porque me dije: "No sea que yo muera por causa de ella."

Gén 26:10  Y Abimelec dijo: ¿Qué es esto que nos has hecho? Porque alguno del pueblo fácilmente pudiera haberse acostado con tu mujer, y hubieras traído culpa sobre nosotros.

Gén 26:11  Y Abimelec ordenó a todo el pueblo, diciendo: El que toque a este hombre o a su mujer, de cierto morirá.

Gén 26:12  Y sembró Isaac en aquella tierra, y cosechó aquel año ciento por uno. Y el SEÑOR lo bendijo.

Tercera aliyá, 26:13-22

Gén 26:13  Y el hombre se enriqueció, y siguió engrandeciéndose hasta que llegó a ser muy poderoso; (Haz clic para ver comentario)

Gén 26:14  pues tenía rebaños de ovejas y vacadas y mucha servidumbre, y los filisteos le tenían envidia.

Gén 26:15  Y todos los pozos que los siervos de su padre habían cavado en los días de Abraham su padre, los filisteos loscegaron llenándolos de tierra. (Haz clic para ver comentario)

Gén 26:16  Entonces Abimelec dijo a Isaac: Vete de aquí, porque tú eres mucho más poderoso que nosotros.

Itzjak se aparta de Avimélej - Itzjak cava pozos de agua.

Gén 26:17  Isaac partió de allí, acampó en el valle de Gerar y se estableció allí.

Gén 26:18  Isaac volvió a cavar los pozos de agua que habían sido cavados en los días de su padre Abraham, porque los filisteos los habían cegado después de la muerte de Abraham, y les puso los mismos nombres que su padre les había puesto. (Haz clic para ver comentario)

Gén 26:19  Cuando los siervos de Isaac cavaron en el valle encontraron allí un pozo de aguas vivas.

Gén 26:20  Entonces riñeron los pastores de Gerar con los pastores de Isaac, diciendo: El agua es nuestra. Por eso él llamó al pozo Esek, porque habían reñido con él.

Gén 26:21  Cavaron otro pozo, y también riñeron por él; por eso lo llamó Sitna. (Haz clic para ver comentario)

Gén 26:22  Y se trasladó de allí y cavó otro pozo, y no riñeron por él; por eso lo llamó Rehobot, porque dijo: Al fin el SEÑOR ha hecho lugar para nosotros, y prosperaremos en la tierra. (Haz clic para ver comentario)

Cuarta aliyá, 26:23- 29

Gén 26:23  De allí subió a Beerseba.

Gén 26:24  Y el SEÑOR se le apareció aquella misma noche, y le dijo: Yo soy el Dios de tu padre Abraham; no temas, porque yo estoy contigo. Y te bendeciré y multiplicaré tu descendencia, por amor de mi siervo Abraham.

Gén 26:25  Y él construyó allí un altar e invocó el nombre del SEÑOR y plantó allí su tienda; y allí abrieron los siervos de Isaac un pozo.

Gén 26:26  Entonces Abimelec vino a él desde Gerar, con su consejero Ahuzat y con Ficol, jefe de su ejército.

Gén 26:27  Y les dijo Isaac: ¿Por qué habéis venido a mí, vosotros que me odiáis y me habéis echado de entre vosotros?

Gén 26:28  Y ellos respondieron: Vemos claramente que el SEÑOR ha estado contigo, así es que dijimos: "Haya ahora un juramento entre nosotros, entre tú y nosotros, y hagamos un pacto contigo,

Gén 26:29  de que no nos harás ningún mal, así como nosotros no te hemos tocado y sólo te hemos hecho bien, y te hemos despedido en paz. Tú eres ahora el bendito del SEÑOR."

Quinta aliyá, 26:30 - 27:27

Gén 26:30  Entonces él les preparó un banquete, y comieron y bebieron.

Gén 26:31  Y se levantaron muy de mañana y se hicieron mutuo juramento; entonces Isaac los despidió y ellos partieron de su lado en paz.

Gén 26:32  Y sucedió que aquel mismo día los siervos de Isaac llegaron y le informaron acerca del pozo que habían cavado, y le dijeron: Hemos hallado agua.

Gén 26:33  Y lo llamó Seba; por eso el nombre de la ciudad es Beerseba hasta hoy.

Casamiento de Esav

Gén 26:34  Cuando Esaú tenía cuarenta años, se casó con Judit, hija de Beeri hitita, y con Basemat, hija de Elón hitita; (Haz clic para ver comentario)

Gén 26:35  y ellas hicieron la vida insoportable para Isaac y Rebeca. (Haz clic para ver comentario)

CAPÍTULO 27

Gén 27:1  Y aconteció que siendo ya viejo Isaac, y sus ojos demasiado débiles para ver, llamó a Esaú, su hijo mayor, y le dijo: Hijo mío. Y él le respondió: Heme aquí.

Gén 27:2  Y dijo Isaac: Mira, yo soy viejo y no sé el día de mi muerte.

Gén 27:3  Ahora pues, te ruego, toma tu equipo, tu aljaba y tu arco, sal al campo y tráeme caza;

Gén 27:4  y prepárame un buen guisado como a mí me gusta, y tráemelo para que yo coma, y que mi alma te bendiga antes que yo muera.

Gén 27:5  Rebeca estaba escuchando cuando Isaac hablaba a su hijo Esaú. Y cuando Esaú fue al campo a cazar una pieza para traer a casa ,

Gén 27:6  Rebeca habló a su hijo Jacob, diciendo: He aquí, oí a tu padre que hablaba con tu hermano Esaú, diciéndole:

Gén 27:7  "Tráeme caza y prepárame un buen guisado para que coma y te bendiga en presencia del SEÑOR antes de mi muerte."

Gén 27:8  Ahora pues, hijo mío, obedéceme en lo que te mando.

Gén 27:9  Ve ahora al rebaño y tráeme de allí dos de los mejores cabritos de las cabras, y yo prepararé con ellos un buen guisado para tu padre como a él le gusta.

Gén 27:10  Entonces se lo llevarás a tu padre, que comerá, para que te bendiga antes de su muerte.

Gén 27:11  Y Jacob dijo a su madre Rebeca: He aquí, Esaú mi hermano es hombre velludo y yo soy lampiño.

Gén 27:12  Quizá mi padre me palpe, y entonces seré para él un engañador y traeré sobre mí una maldición y no una bendición.

Gén 27:13  Pero su madre le respondió: Caiga sobre mí tu maldición, hijo mío; solamente obedéceme, y ve y tráemelos. (Haz clic para ver comentario)

Gén 27:14  Y él fue, los tomó y los trajo a su madre; y su madre hizo un buen guisado, como a su padre le gustaba.

Gén 27:15  Entonces Rebeca tomó las mejores vestiduras de Esaú, su hijo mayor, que tenía ella en la casa, y vistió a Jacob, su hijo menor;

Gén 27:16  le puso las pieles de los cabritos sobre las manos y sobre la parte lampiña del cuello,

Gén 27:17  y puso el guisado y el pan que había hecho en manos de su hijo Jacob.

Gén 27:18  Entonces él fue a su padre, y dijo: Padre mío. Y éste respondió: Aquí estoy. ¿Quién eres, hijo mío?

Gén 27:19  Y Jacob dijo a su padre: Soy Esaú tu primogénito. He hecho lo que me dijiste. Levántate, te ruego. Siéntate y come de mi caza para que me bendigas. (Haz clic para ver comentario)

Gén 27:20  E Isaac dijo a su hijo: ¿Cómo es que la has encontrado tan pronto, hijo mío? Y él respondió: Porque el SEÑOR tu Dios hizo que así me acaeciera.

Gén 27:21  Isaac entonces dijo a Jacob: Te ruego que te acerques para palparte, hijo mío, a ver si en verdad eres o no mi hijo Esaú.

Gén 27:22  Jacob se acercó a Isaac su padre, y él lo palpó y dijo: La voz es la voz de Jacob, pero las manos son las manos de Esaú.

Gén 27:23  Y no lo reconoció porque sus manos eran velludas como las de su hermano Esaú, y lo bendijo.

Gén 27:24  Y le preguntó: ¿Eres en verdad mi hijo Esaú? Y él respondió: Yo soy.

Gén 27:25  Entonces dijo: Sírveme, y comeré de la caza de mi hijo para que yo te bendiga. Y le sirvió, y comió; le trajo también vino, y bebió.

Gén 27:26  Y su padre Isaac le dijo: Te ruego que te acerques y me beses, hijo mío.

Gén 27:27  Y él se acercó y lo besó; y al notar el olor de sus vestidos, lo bendijo, diciendo: He aquí, el olor de mi hijo es como el aroma de un campo que el SEÑOR ha bendecido.

Sexta aliyá, 25:19- 26:5

Gén 27:28  Dios te dé, pues, del rocío del cielo, y de la grosura de la tierra, y abundancia de grano y de mosto. (Haz clic para ver comentario)

Gén 27:29  Sírvante pueblos, y póstrense ante ti naciones; sé señor de tus hermanos, e inclínense ante ti los hijos de tu madre. Malditos los que te maldigan, y benditos los que te bendigan.

Gén 27:30  Y sucedió que tan pronto como Isaac había terminado de bendecir a Jacob, y apenas había salido Jacob de la presencia de su padre Isaac, su hermano Esaú llegó de su cacería.

Esav le trae a su padre Itzjak la comida que le pidió y descubre que la bendición de la primogenitura fue destinada a Iaacov

Gén 27:31  Y también él hizo un buen guisado y lo trajo a su padre, y dijo a su padre: Levántese mi padre, y coma de la caza de su hijo, para que tú me bendigas.

Gén 27:32  Y su padre Isaac le dijo: ¿Quién eres? Y él respondió: Soy tu hijo, tu primogénito, Esaú.

Gén 27:33  Y tembló Isaac con estremecimiento muy grande, y dijo: ¿Quién fue entonces el que trajo caza, antes de que tú vinieras, y me la trajo y yo comí de todo, y lo bendije? Sí, y bendito será.

Gén 27:34  Al oír Esaú las palabras de su padre, clamó con un grande y amargo clamor, y dijo a su padre: ¡Bendíceme, bendíceme también a mí, padre mío!

Gén 27:35  Y él respondió: Tu hermano vino con engaño, y se ha llevado tu bendición.

Gén 27:36  Y Esaú dijo: Con razón se llama Jacob, pues me ha suplantado estas dos veces. Me quitó mi primogenitura, y he aquí, ahora me ha quitado mi bendición. Y añadió: ¿No has reservado una bendición para mí? (Haz clic para ver comentario)

Gén 27:37  Pero Isaac respondió, y dijo a Esaú: He aquí, yo lo he puesto por señor tuyo, y le he dado por siervos a todos sus parientes; y con grano y mosto lo he sustentado. En cuanto a ti ¿qué haré, pues, hijo mío?

Gén 27:38  Y Esaú dijo a su padre: ¿No tienes más que una bendición, padre mío? Bendíceme, bendíceme también a mí, padre mío. Y Esaú alzó su voz y lloró.

Gén 27:39  Entonces su padre Isaac respondió, y le dijo: He aquí, lejos de la fertilidad de la tierra será tu morada, y lejos del rocío que baja del cielo.

Gén 27:40  Por tu espada vivirás, y a tu hermano servirás; mas acontecerá que cuando te impacientes, arrancarás su yugo de tu cerviz.

Gén 27:41  Esaú, pues, guardó rencor a Jacob a causa de la bendición con que su padre lo había bendecido; y Esaú se dijo: Los días de luto por mi padre están cerca; entonces mataré a mi hermano Jacob.

Gén 27:42  Cuando las palabras de Esaú, su hijo mayor, le fueron comunicadas a Rebeca, envió a llamar a Jacob, su hijo menor, y le dijo: Mira, en cuanto a ti, tu hermano Esaú se consuela con la idea de matarte.

Gén 27:43  Ahora pues, hijo mío, obedece mi voz: levántate y huye a Harán, a casa de mi hermano Labán.

Gén 27:44  Y quédate con él algunos días hasta que se calme el furor de tu hermano;

Gén 27:45  hasta que la ira de tu hermano contra ti se calme, y olvide lo que le hiciste. Entonces enviaré y te traeré de allá. ¿Por qué he de sufrir la pérdida de vosotros dos en un mismo día?

Gén 27:46  Y Rebeca dijo a Isaac: Estoy cansada de vivir a causa de las hijas de Het; si Jacob toma mujer de las hijas de Het, como éstas, de las hijas de esta tierra, ¿para qué me servirá la vida?

CAPÍTULO 28

Gén 28:1  Y llamó Isaac a Jacob, lo bendijo y le ordenó, diciendo: No tomarás mujer de entre las hijas de Canaán.

Gén 28:2  Levántate, ve a Padán-aram, a casa de Betuel, padre de tu madre; y toma de allí mujer de entre las hijas de Labán, hermano de tu madre.

Gén 28:3  Y el Dios Todopoderoso te bendiga, te haga fecundo y te multiplique, para que llegues a ser multitud de pueblos.

Gén 28:4  Y te dé también la bendición de Abraham, a ti y a tu descendencia contigo, para que tomes posesión de la tierra de tus peregrinaciones, la que Dios dio a Abraham.

Séptima aliyá, 25:19- 26:5

Gén 28:5  Entonces Isaac despidió a Jacob, y éste fue a Padán-aram, a casa de Labán, hijo de Betuel arameo, hermano de Rebeca, madre de Jacob y Esaú.

Gén 28:6  Y vio Esaú que Isaac había bendecido a Jacob y lo había enviado a Padán-aram para tomar allí mujer para sí, y que cuando lo bendijo, le dio órdenes, diciendo: No tomarás para ti mujer de entre las hijas de Canaán,

Maftir

Gén 28:7  y que Jacob había obedecido a su padre y a su madre, y se había ido a Padán-aram.

Gén 28:8  Vio, pues, Esaú que las hijas de Canaán no eran del agrado de su padre Isaac;

Gén 28:9  y Esaú fue a Ismael, y tomó por mujer, además de las mujeres que ya tenía, a Mahalat, hija de Ismael, hijo de Abraham, hermana de Nebaiot.

HAFTARAT TOLDOT

Malají (Malaquías) 1:1 - 2:7

Hashem ama a Israel más que a Esav

Mal 1:1  Profecía de la palabra del SEÑOR a Israel por medio de Malaquías.

Mal 1:2  Yo os he amado—dice el SEÑOR—. Pero vosotros decís: ¿En qué nos has amado? ¿No era Esaú hermano de Jacob?—declara el SEÑOR—. Sin embargo, yo amé a Jacob,

Mal 1:3  y aborrecí a Esaú, e hice de sus montes desolación, y di su heredad a los chacales del desierto.

Mal 1:4  Aunque Edom dice: Hemos sido destruidos, pero volveremos y edificaremos las ruinas, el SEÑOR de los ejércitos dice así: Ellos edificarán, pero yo destruiré. Y los llamarán territorio impío y pueblo contra quien el SEÑOR está indignado para siempre.

Mal 1:5  Vuestros ojos lo verán, y vosotros diréis: Sea engrandecido el SEÑOR más allá de la frontera de Israel.

Justamente porque la ama, Hashem amonesta a Israel

Mal 1:6  El hijo honra a su padre, y el siervo a su señor. Pues si yo soy padre, ¿dónde está mi honor? Y si yo soy señor, ¿dónde está mi temor?—dice el SEÑOR de los ejércitos a vosotros sacerdotes que menospreciáis mi nombre—. Pero vosotros decís: "¿En qué hemos menospreciado tu nombre?"

Mal 1:7  Ofreciendo sobre mi altar pan inmundo. Y vosotros decís: "¿En qué te hemos deshonrado?" En que decís: "La mesa del SEÑOR es despreciable."

Mal 1:8  Y cuando presentáis un animal ciego para el sacrificio, ¿no es malo? Y cuando presentáis el cojo y el enfermo, ¿no es malo? ¿Por qué no lo ofreces a tu gobernador? ¿Se agradaría de ti o te recibiría con benignidad?—dice el SEÑOR de los ejércitos.

Mal 1:9  Ahora pues, ¿no pediréis el favor de Dios, para que se apiade de nosotros? Con tal ofrenda de vuestra parte, ¿os recibirá El con benignidad?—dice el SEÑOR de los ejércitos.

Mal 1:10  ¡Oh, si hubiera entre vosotros quien cerrara las puertas para que no encendierais mi altar en vano! No me complazco en vosotros—dice el SEÑOR de los ejércitos— ni de vuestra mano aceptaré ofrenda.

Mal 1:11  Porque desde la salida del sol hasta su puesta, mi nombre será grande entre las naciones, y en todo lugar se ofrecerá incienso a mi nombre, y ofrenda pura de cereal; pues grande será mi nombre entre las naciones—dice el SEÑOR de los ejércitos.

Mal 1:12  Pero vosotros lo profanáis, cuando decís: "La mesa del Señor es inmunda, y su fruto, su alimento despreciable."

Mal 1:13  También decís: "¡Ay, qué fastidio!" Y con indiferencia lo despreciáis—dice el SEÑOR de los ejércitos— y traéis lo robado, o cojo, o enfermo; así traéis la ofrenda. ¿Aceptaré eso de vuestra mano?—dice el SEÑOR.

Mal 1:14  ¡Maldito sea el engañador que tiene un macho en su rebaño, y lo promete, pero sacrifica un animal dañado al Señor! Porque yo soy el Gran Rey—dice el SEÑOR de los ejércitos— y mi nombre es temido entre las naciones.

Malaji (Malaquías) 2

La bendición de los Sacerdotes (Cohanim) se transforma en maldición

Mal 2:1  Y ahora, para vosotros, sacerdotes, es este mandamiento.

Mal 2:2  Si no escucháis, y si no decidís de corazón dar honor a mi nombre—dice el SEÑOR de los ejércitos— enviaré sobre vosotros maldición, y maldeciré vuestras bendiciones; y en verdad, ya las he maldecido, porque no lo habéis decidido de corazón.

Mal 2:3  He aquí, yo reprenderé a vuestra descendencia, y os echaré estiércol a la cara, el estiércol de vuestras fiestas, y seréis llevados con él.

Pacto con los Levitas

Mal 2:4  Entonces sabréis que os he enviado este mandamiento para que mi pacto siga con Leví—dice el SEÑOR de los ejércitos.

Mal 2:5  Mi pacto con él era de vida y paz, las cuales le di para que me reverenciara; y él me reverenció, y estaba lleno de temor ante mi nombre.

Mal 2:6  La verdadera instrucción estaba en su boca, y no se hallaba iniquidad en sus labios; en paz y rectitud caminaba conmigo, y apartaba a muchos de la iniquidad.

Mal 2:7  Pues los labios del sacerdote deben guardar la sabiduría, y los hombres deben buscar la instrucción de su boca, porque él es el mensajero del SEÑOR de los ejércitos.

Escuchar reflexión:

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