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Sosteniendo un libro de oraciones

REFLEXIONES & ENSEÑANZA

PARASHÁ SEMANAL DE LA TORÁ

La Torá es fundamentalmente el libro que le revela al hombre la VOLUNTAD de Hashem, que debe hacer y cómo debe hacerlo y el objetivo del hombre es apegarse a Hashem.

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Parashá 09 VaYéshev

Génesis 37:1 – 40:23

 

Aliyás de la Torá:

  1. 37:1-11 

  2. 37:12-22

  3. 37:23-36

  4. 38:1-30

  5. 39:1-6

  6. 39:7-23

  7. 40:1-23

  8. Maftir: 40:20-23

Haftará: Amós 2:6 – 3:8

Los Escritos Mesiánicos: Marcos 13:1-14:31

VaYeshev Significa “y se estableció”, “y se asentó”.

CAPÍTULO 37

Iosef y sus hermanos

Primera aliyá, 37:1-11 

Gén 37:1  Y Jacob habitó en la tierra donde había peregrinado su padre, en la tierra de Canaán.

Gén 37:2  Esta es la historia de las generaciones de Jacob: José, cuando tenía diecisiete años, apacentaba el rebaño con sus hermanos; el joven estaba con los hijos de Bilha y con los hijos de Zilpa, mujeres de su padre. Y José trajo a su padre malos informes sobre ellos.

Gén 37:3  Y amaba Israel a José más que a todos sus hijos, porque era para él el hijo de su vejez; y le hizo una túnica de muchos colores.

Gén 37:4  Y vieron sus hermanos que su padre lo amaba más que a todos sus hermanos; por eso lo odiaban y no podían hablarle amistosamente.

Los sueños de Iosef

Gén 37:5  Y José tuvo un sueño y cuando lo contó a sus hermanos, ellos lo odiaron aún más.

Gén 37:6  Y él les dijo: Os ruego que escuchéis este sueño que he tenido.

Gén 37:7  He aquí, estábamos atando gavillas en medio del campo, y he aquí que mi gavilla se levantó y se puso derecha, y entonces vuestras gavillas se ponían alrededor y se inclinaban hacia mi gavilla.

Gén 37:8  Y sus hermanos le dijeron: ¿Acaso reinarás sobre nosotros? ¿O acaso te enseñorearás sobre nosotros? Y lo odiaron aún más por causa de sus sueños y de sus palabras.

Gén 37:9  Tuvo aún otro sueño, y lo contó a sus hermanos, diciendo: He aquí, he tenido aún otro sueño; y he aquí, el sol, la luna y once estrellas se inclinaban ante mí.

Gén 37:10  Y él lo contó a su padre y a sus hermanos; y su padre lo reprendió, y le dijo: ¿Qué es este sueño que has tenido? ¿Acaso yo, tu madre y tus hermanos vendremos a inclinarnos hasta el suelo ante ti?

Gén 37:11  Y sus hermanos le tenían envidia, pero su padre reflexionaba sobre lo dicho.

Segunda aliyá, 37:12-22

Gén 37:12  Después sus hermanos fueron a apacentar el rebaño de su padre en Siquem.

Gén 37:13  E Israel dijo a José: ¿No están tus hermanos apacentando el rebaño en Siquem? Ven y te enviaré a ellos. Y él le dijo: Iré.

Gén 37:14  Entonces Israel le dijo: Ve ahora y mira cómo están tus hermanos y cómo está el rebaño; y tráeme noticias de ellos. Lo envió, pues, desde el valle de Hebrón, y José fue a Siquem.

Gén 37:15  Y estando él dando vueltas por el campo, un hombre lo encontró, y el hombre le preguntó, diciendo: ¿Qué buscas?

Gén 37:16  Y él respondió: Busco a mis hermanos; te ruego que me informes dónde están apacentando el rebaño.

Gén 37:17  Y el hombre respondió: Se han ido de aquí, pues yo les oí decir: "Vamos a Dotán." Entonces José fue tras sus hermanos y los encontró en Dotán.

Gén 37:18  Cuando ellos lo vieron de lejos, y antes que se les acercara, tramaron contra él para matarlo.

Gén 37:19  Y se dijeron unos a otros: Aquí viene el soñador.

Gén 37:20  Ahora pues, venid, matémoslo y arrojémoslo a uno de los pozos; y diremos: "Una fiera lo devoró." Entonces veremos en qué quedan sus sueños.

Gén 37:21  Pero Rubén oyó esto y lo libró de sus manos, y dijo: No le quitemos la vida.

Gén 37:22  Rubén les dijo además: No derraméis sangre. Echadlo en este pozo del desierto, pero no le pongáis la mano encima. Esto dijo para poder librarlo de las manos de ellos y volverlo a su padre.

Iosef arrojado a la cisterna

Tercera aliyá, 37:23-36

Gén 37:23  Y sucedió que cuando José llegó a sus hermanos, despojaron a José de su túnica, la túnica de muchos colores que llevaba puesta;

Gén 37:24  y lo tomaron y lo echaron en el pozo. Y el pozo estaba vacío, no había agua en él.

Gén 37:25  Entonces se sentaron a comer, y cuando levantaron los ojos y miraron, he aquí, una caravana de ismaelitas venía de Galaad con sus camellos cargados de resina aromática, bálsamo y mirra, que iban bajando hacia Egipto.

Gén 37:26  Y Judá dijo a sus hermanos: ¿Qué ganaremos con matar a nuestro hermano y ocultar su sangre?

Gén 37:27  Venid, vendámoslo a los ismaelitas y no pongamos las manos sobre él, pues es nuestro hermano, carne nuestra. Y sus hermanos le hicieron caso.

Gén 37:28  Pasaron entonces unos mercaderes madianitas, y ellos sacaron a José, subiéndolo del pozo, y vendieron a José a los ismaelitas por veinte piezas de plata. Y éstos llevaron a José a Egipto.

Gén 37:29  Cuando Rubén volvió al pozo, he aquí, José no estaba en el pozo; entonces rasgó sus vestidos.

Gén 37:30  Y volvió a sus hermanos y les dijo: El muchacho no está allí ; y yo, ¿adónde iré?

Gén 37:31  Entonces tomaron la túnica de José y mataron un macho cabrío, y empaparon la túnica en la sangre;

Gén 37:32  y enviaron la túnica de muchos colores y la llevaron a su padre, y dijeron: Encontramos esto; te rogamos que loexamines para ver si es la túnica de tu hijo o no.

Gén 37:33  El la examinó, y dijo: Es la túnica de mi hijo. Una fiera lo ha devorado; sin duda José ha sido despedazado.

Gén 37:34  Y Jacob rasgó sus vestidos, puso cilicio sobre sus lomos y estuvo de duelo por su hijo muchos días.

Gén 37:35  Y todos sus hijos y todas sus hijas vinieron para consolarlo, pero él rehusó ser consolado, y dijo: Ciertamente enlutado bajaré al Seol por causa de mi hijo. Y su padre lloró por él.

Gén 37:36  Mientras tanto, los madianitas lo vendieron en Egipto a Potifar, oficial de Faraón, capitán de la guardia.

CAPÍTULO 38

Iehudá y Tamar - Las raíces del Mashíaj y de la monarquía de Israel

Cuarta aliyá, 38:1-30

Gén 38:1  Sucedió por aquel tiempo que Judá se separó de sus hermanos, y visitó a un adulamita llamado Hira.

Gén 38:2  Y allí vio Judá a la hija de un cananeo llamado Súa; la tomó, y se llegó a ella.

Gén 38:3  Ella concibió y dio a luz un hijo, y le puso por nombre Er.

Gén 38:4  Concibió otra vez y dio a luz un hijo, y le puso por nombre Onán.

Gén 38:5  Aún dio a luz a otro hijo, y le puso por nombre Sela; y fue en Quezib que lo dio a luz.

Gén 38:6  Entonces Judá tomó mujer para Er su primogénito, la cual se llamaba Tamar.

Gén 38:7  Pero Er, primogénito de Judá, era malvado ante los ojos del SEÑOR, y el SEÑOR le quitó la vida.

Gén 38:8  Entonces Judá dijo a Onán: Llégate a la mujer de tu hermano, y cumple con ella tu deber como cuñado, y levanta descendencia a tu hermano.

Gén 38:9  Y Onán sabía que la descendencia no sería suya; y acontecía que cuando se llegaba a la mujer de su hermano, derramaba su semen en tierra para no dar descendencia a su hermano.

Gén 38:10  Pero lo que hacía era malo ante los ojos del SEÑOR; y también a él le quitó la vida.

Gén 38:11  Entonces Judá dijo a su nuera Tamar: Quédate viuda en casa de tu padre hasta que crezca mi hijo Sela; pues pensaba: Temo que él muera también como sus hermanos. Así que Tamar se fue y se quedó en casa de su padre.

Gén 38:12  Pasaron muchos días y murió la hija de Súa, mujer de Judá. Y pasado el duelo, Judá subió a los trasquiladores de sus ovejas en Timnat, él y su amigo Hira adulamita.

Gén 38:13  Y se lo hicieron saber a Tamar, diciéndole: He aquí, tu suegro sube a Timnat a trasquilar sus ovejas.

Gén 38:14  Entonces ella se quitó sus ropas de viuda y se cubrió con un velo, se envolvió bien y se sentó a la entrada de Enaim que está en el camino de Timnat; porque veía que Sela había crecido, y ella aún no le había sido dada por mujer.

Gén 38:15  Cuando la vio Judá, pensó que era una ramera, pues se había cubierto el rostro.

Gén 38:16  Y se desvió hacia ella junto al camino, y le dijo: Vamos, déjame estar contigo; pues no sabía que era su nuera. Y ella dijo: ¿Qué me darás por estar conmigo?

Gén 38:17  El respondió: Yo te enviaré un cabrito de las cabras del rebaño. Y ella dijo: ¿Me darás una prenda hasta que loenvíes?

Gén 38:18  Y él respondió: ¿Qué prenda tengo que darte? Y ella dijo: Tu sello, tu cordón y el báculo que tienes en la mano. Y él se los dio y se llegó a ella, y ella concibió de él.

Gén 38:19  Entonces ella se levantó y se fue; se quitó el velo y se puso sus ropas de viuda.

Gén 38:20  Cuando Judá envió el cabrito por medio de su amigo el adulamita, para recobrar la prenda de mano de la mujer, no la halló.

Gén 38:21  Y preguntó a los hombres del lugar, diciendo: ¿Dónde está la ramera que estaba en Enaim, junto al camino? Y ellos dijeron: Aquí no ha habido ninguna ramera.

Gén 38:22  Y él volvió donde Judá, y le dijo: No la encontré; y además, los hombres del lugar dijeron: "Aquí no ha habido ninguna ramera."

Gén 38:23  Entonces Judá dijo: Que se quede con las prendas, para que no seamos causa de burla. Ya ves que envié este cabrito, y tú no la has encontrado.

Iehudá toma conocimiento del embarazo de su nuera Tamar

Gén 38:24  Y sucedió que como a los tres meses, informaron a Judá, diciendo: Tu nuera Tamar ha fornicado, y he aquí, ha quedado encinta a causa de las fornicaciones. Entonces Judá dijo: Sacadla y que sea quemada.

Gén 38:25  Y aconteció que cuando la sacaban, ella envió a decir a su suegro: Del hombre a quien pertenecen estas cosas estoy encinta. Y añadió: Te ruego que examines y veas de quién es este sello, este cordón y este báculo.

Gén 38:26  Judá los reconoció, y dijo: Ella es más justa que yo, por cuanto yo no la di por mujer a mi hijo Sela. Y no volvió a tener más relaciones con ella.

Gén 38:27  Y sucedió que al tiempo de dar a luz, he aquí, había mellizos en su seno.

Gén 38:28  Aconteció, además, que mientras daba a luz, uno de ellos sacó su mano, y la partera la tomó y le ató un hiloescarlata en la mano, diciendo: Este salió primero.

Gén 38:29  Pero he aquí, sucedió que cuando él retiró su mano, su hermano salió. Entonces ella dijo: ¡Qué brecha te has abierto! Por eso le pusieron por nombre Fares.

Gén 38:30  Después salió su hermano que tenía el hilo escarlata en la mano; y le pusieron por nombre Zara.

CAPÍTULO 39

Iosef en Egipto

Quinta aliyá, 39:1-6

Gén 39:1  Cuando José fue llevado a Egipto, Potifar, un oficial egipcio de Faraón, capitán de la guardia, lo compró a los ismaelitas que lo habían llevado allá.

Gén 39:2  Y el SEÑOR estaba con José, que llegó a ser un hombre próspero, y estaba en la casa de su amo el egipcio.

Gén 39:3  Y vio su amo que el SEÑOR estaba con él y que el SEÑOR hacía prosperar en su mano todo lo que él hacía.

Gén 39:4  Así encontró José gracia ante sus ojos y llegó a ser su siervo personal, y lo hizo mayordomo sobre su casa y entregó en su mano todo lo que poseía.

Gén 39:5  Y sucedió que desde el tiempo que lo hizo mayordomo sobre su casa y sobre todo lo que poseía, el SEÑOR bendijo la casa del egipcio por causa de José; y la bendición del SEÑOR estaba sobre todo lo que poseía en la casa y en el campo.

Gén 39:6  Así que todo lo que poseía lo dejó en mano de José, y con él allí no se preocupaba de nada, excepto del pan que comía. Y era José de gallarda figura y de hermoso parecer.

Sexta aliyá, 39:7-20

Gén 39:7  Sucedió después de estas cosas que la mujer de su amo miró a José con deseo y le dijo: Acuéstate conmigo.

Gén 39:8  Pero él rehusó y dijo a la mujer de su amo: Estando yo aquí, mi amo no se preocupa de nada en la casa, y ha puesto en mi mano todo lo que posee.

Gén 39:9  No hay nadie más grande que yo en esta casa, y nada me ha rehusado excepto a ti, pues tú eres su mujer. ¿Cómo entonces iba yo a hacer esta gran maldad y pecar contra Dios?

La esposa de Potifar acosa a Iosef

Gén 39:10  Y ella insistía a José día tras día, pero él no accedió a acostarse con ella o a estar con ella.

Gén 39:11  Pero sucedió un día que él entró en casa para hacer su trabajo, y no había ninguno de los hombres de la casa allí dentro;

Gén 39:12  entonces ella lo asió de la ropa, diciendo: ¡Acuéstate conmigo! Mas él le dejó su ropa en la mano, y salió huyendo afuera.

Gén 39:13  Y cuando ella vio que él había dejado su ropa en sus manos y había huido afuera,

Gén 39:14  llamó a los hombres de su casa y les dijo: Mirad, nos ha traído un hebreo para que se burle de nosotros; vino a mí para acostarse conmigo, pero yo grité a gran voz.

Gén 39:15  Y sucedió que cuando él oyó que yo alzaba la voz y gritaba, dejó su ropa junto a mí y salió huyendo afuera.

Gén 39:16  Y ella dejó junto a sí la ropa de él hasta que su señor vino a casa.

Gén 39:17  Entonces ella le habló con estas palabras, diciendo: Vino a mí el esclavo hebreo que nos trajiste, para burlarse de mí;

Gén 39:18  y cuando levanté la voz y grité, él dejó su ropa junto a mí y huyó afuera.

Gén 39:19  Y aconteció que cuando su señor escuchó las palabras que su mujer le habló, diciendo: Esto es lo que tu esclavo me hizo, se encendió su ira.

Iosef en prisión

Gén 39:20  Entonces el amo de José lo tomó y lo echó en la cárcel, en el lugar donde se encerraba a los presos del rey; y allí permaneció en la cárcel.

Gén 39:21  Mas el SEÑOR estaba con José y le extendió su misericordia, y le concedió gracia ante los ojos del jefe de la cárcel.

Gén 39:22  Y el jefe de la cárcel confió en mano de José a todos los presos que estaban en la cárcel, y de todo lo que allí se hacía él era responsable.

Gén 39:23  El jefe de la cárcel no supervisaba nada que estuviera bajo la responsabilidad de José, porque el SEÑOR estaba con él, y todo lo que él emprendía, el SEÑOR lo hacía prosperar.

CAPÍTULO 40

Iosef, en prisión, interpreta los sueños del copero y del panadero

Séptima aliyá, 40:1-23

Gén 40:1  Después de estas cosas, sucedió que el copero y el panadero del rey de Egipto ofendieron a su señor, el rey de Egipto.

Gén 40:2  Y Faraón se enojó contra sus dos oficiales, contra el jefe de los coperos y contra el jefe de los panaderos.

Gén 40:3  Y los puso bajo custodia en la casa del capitán de la guardia, en la cárcel, en el mismo lugar donde José estaba preso.

Gén 40:4  El capitán de la guardia se los asignó a José, y él les servía; y estuvieron bajo custodia por algún tiempo.

Gén 40:5  Entonces el copero y el panadero del rey de Egipto, que estaban encerrados en la cárcel, tuvieron ambos un sueño en una misma noche, cada uno su propio sueño, y cada sueño con su propia interpretación.

Gén 40:6  Y José vino a ellos por la mañana y los observó, y he aquí, estaban decaídos.

Gén 40:7  Y preguntó a los oficiales de Faraón que estaban con él bajo custodia en casa de su señor: ¿Por qué están vuestros rostros tan tristes hoy?

Gén 40:8  Y ellos le respondieron: Hemos tenido un sueño y no hay nadie que lo interprete. Entonces José les dijo: ¿No pertenecen a Dios las interpretaciones? Os ruego que me lo contéis.

El copero revela su sueño a Iosef

Gén 40:9  Contó, pues, el jefe de los coperos su sueño a José, y le dijo: En mi sueño, he aquí, había una vid delante de mí,

Gén 40:10  y en la vid había tres sarmientos. Y al brotar sus yemas, aparecieron las flores, y sus racimos produjeron uvas maduras.

Gén 40:11  Y la copa de Faraón estaba en mi mano; así que tomé las uvas y las exprimí en la copa de Faraón, y puse la copa en la mano de Faraón.

Gén 40:12  Entonces José le dijo: Esta es su interpretación: los tres sarmientos son tres días.

Gén 40:13  Dentro de tres días Faraón levantará tu cabeza, te restaurará a tu puesto y tú pondrás la copa de Faraón en su mano como acostumbrabas antes cuando eras su copero.

Gén 40:14  Sólo te pido que te acuerdes de mí cuando te vaya bien, y te ruego que me hagas el favor de hacer mención de mí a Faraón, y me saques de esta casa.

Gén 40:15  Porque la verdad es que yo fui secuestrado de la tierra de los hebreos, y aun aquí no he hecho nada para que me pusieran en el calabozo.

El panadero revela su sueño a Iosef

Gén 40:16  Cuando el jefe de los panaderos vio que había interpretado favorablemente, dijo a José: Yo también vi en mi sueño, y he aquí, había tres cestas de pan blanco sobre mi cabeza;

Gén 40:17  y sobre la cesta de encima había toda clase de manjares hechos por un panadero para Faraón, y las aves los comían de la cesta sobre mi cabeza.

Gén 40:18  Entonces José respondió, y dijo: Esta es su interpretación: las tres cestas son tres días;

Gén 40:19  dentro de tres días Faraón te quitará la cabeza de sobre ti, te colgará en un árbol y las aves comerán tu carne.

Maftir

Gén 40:20  Y sucedió que al tercer día, que era el día del cumpleaños de Faraón, éste hizo un banquete para todos sus siervos, y levantó la cabeza del jefe de los coperos y la cabeza del jefe de los panaderos en medio de sus siervos.

Gén 40:21  Y restauró al jefe de los coperos a su cargo de copero y éste puso la copa en manos de Faraón;

Gén 40:22  pero ahorcó al jefe de los panaderos, tal como les había interpretado José.

Gén 40:23  Mas el jefe de los coperos no se acordó de José, sino que se olvidó de él.

HAFTARAT VAYÉSHEV

Amós 2:6 - 3:8

Amós 2

Las transgresiones de Israel

Amó 2:6  Así dice el SEÑOR: Por tres transgresiones de Israel, y por cuatro, no revocaré su castigo , porque venden al justo por dinero y al necesitado por un par de sandalias.

Amó 2:7  Los que pisotean en el polvo de la tierra la cabeza de los desvalidos, también tuercen el camino de los humildes. Un hombre y su padre se llegan a la misma joven profanando mi santo nombre;

Amó 2:8  sobre ropas empeñadas se tienden junto a cualquier altar, y el vino de los que han sido multados beben en la casa de su Dios.

Amó 2:9  Yo destruí al amorreo delante de ellos, cuya altura era como la altura de los cedros, y era fuerte como las encinas; yo destruí su fruto por arriba y su raíz por abajo.

Amó 2:10  Y a vosotros yo os hice subir de la tierra de Egipto, y os conduje por el desierto cuarenta años para que tomarais posesión de la tierra del amorreo.

Amó 2:11  Y levanté profetas de entre vuestros hijos y nazareos de entre vuestros jóvenes. ¿No es así, hijos de Israel?—declara el SEÑOR.

Amó 2:12  Pero vosotros hicisteis beber vino a los nazareos, y a los profetas les ordenasteis, diciendo: No profeticéis.

Amó 2:13  He aquí, yo estoy oprimido debajo de vosotros como está oprimida una carreta llena de gavillas.

Amó 2:14  Y la huida le fallará al ligero, y el fuerte no fortalecerá su poder, ni el valiente salvará su vida.

Amó 2:15  El que empuña el arco no resistirá, el ligero de pies no escapará, ni el que monta a caballo salvará su vida.

Amó 2:16  Y aun el más intrépido entre los valientes huirá desnudo aquel día—declara el SEÑOR.

Amós 3

Amó 3:1  Oíd esta palabra que el SEÑOR ha hablado contra vosotros, hijos de Israel, contra toda la familia que hizo subir de la tierra de Egipto, diciendo:

Amó 3:2  Sólo a vosotros he escogido de todas las familias de la tierra; por eso os castigaré por todas vuestras iniquidades.

Amó 3:3  ¿Andan dos hombres juntos si no se han puesto de acuerdo?

Amó 3:4  ¿Ruge un león en la selva sin tener presa? ¿Gruñe un leoncillo desde su guarida si no ha apresado algo?

Amó 3:5  ¿Cae un ave en la trampa en la tierra si no hay cebo en ella? ¿Se levanta la trampa del suelo si no ha atrapado algo?

Amó 3:6  Si se toca la trompeta en la ciudad, ¿no temblará el pueblo? Si sucede una calamidad en la ciudad, ¿no la ha causado el SEÑOR?

Amó 3:7  Ciertamente el Señor DIOS no hace nada sin revelar su secreto a sus siervos los profetas.

Amó 3:8  Ha rugido un león, ¿quién no temerá? Ha hablado el Señor DIOS, ¿quién no profetizará?

Escuchar reflexión:

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