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Sosteniendo un libro de oraciones

REFLEXIONES & ENSEÑANZA

PARASHÁ SEMANAL DE LA TORÁ

La Torá es fundamentalmente el libro que le revela al hombre la VOLUNTAD de Hashem, que debe hacer y cómo debe hacerlo y el objetivo del hombre es apegarse a Hashem.

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Parashá 10 MiKetz

Génesis 41:1 – 44:17

Aliyás de la Torá:

  1. 41:1-14 

  2. 41:15-38

  3. 41:39-52

  4. 41:53 – 42:18

  5. 42:19 – 43:15

  6. 43:16-29

  7. 43:30 – 44:17

  8. Maftir: 44:14-17

Haftará: 1 Reyes 3:15 – 4:1

Los Escritos Mesiánicos: Marcos 13:1 – 14:31

MiKets Significa “al final”, “al cabo”.

CAPÍTULO 41

Los sueños de Paró

Primera aliyá, 41:1-14

Gén 41:1  Y aconteció que al cabo de dos años, Faraón tuvo un sueño; y he aquí, soñó que estaba de pie junto al Nilo.

Gén 41:2  Y de pronto, del Nilo subieron siete vacas de hermoso aspecto y gordas, y pacían en el carrizal.

Gén 41:3  Pero he aquí, otras siete vacas de mal aspecto y flacas subieron del Nilo detrás de ellas, y se pararon junto a las otras vacas a la orilla del Nilo;

Gén 41:4  y las vacas de mal aspecto y flacas devoraron las siete vacas de hermoso aspecto y gordas. Entonces Faraón despertó.

Gén 41:5  Se quedó dormido y soñó por segunda vez; y he aquí que siete espigas llenas y buenas crecían en una sola caña.

Gén 41:6  Y he aquí que siete espigas, menudas y quemadas por el viento solano, brotaron después de aquéllas.

Gén 41:7  Y las espigas menudas devoraron a las siete espigas gruesas y llenas. Entonces Faraón despertó, y he aquí, era un sueño.

Gén 41:8  Y sucedió que por la mañana su espíritu estaba turbado, y mandó llamar a todos los adivinos de Egipto, y a todos sus sabios. Y Faraón les contó sus sueños, pero no hubo quien se los pudiera interpretar a Faraón.

Gén 41:9  Entonces el jefe de los coperos habló a Faraón, diciendo: Quisiera hablar hoy de mis faltas.

Gén 41:10  Cuando Faraón se enojó con sus siervos y me puso bajo custodia en la casa del capitán de la guardia, a mí y al jefe de los panaderos,

Gén 41:11  él y yo tuvimos un sueño en una misma noche; cada uno de nosotros soñó según la interpretación de su propiosueño.

Gén 41:12  Y estaba allí con nosotros un joven hebreo, un siervo del capitán de la guardia; y se los contamos, y él nos interpretó los sueños. A cada uno interpretó su sueño.

Gén 41:13  Y aconteció que tal como nos lo había interpretado, así sucedió; a mí me restableció Faraón en mi puesto, pero al otro lo ahorcó.

Gén 41:14  Entonces Faraón mandó llamar a José, y lo sacaron aprisa del calabozo; y después de afeitarse y cambiarse sus vestidos, vino a Faraón.

Segunda aliyá, 41:15-38

Paró cuenta sus sueños a Iosef

Gén 41:15  Y Faraón dijo a José: He tenido un sueño y no hay quien lo interprete; y he oído decir de ti, que oyes un sueño y lo puedes interpretar.

Gén 41:16  José respondió a Faraón, diciendo: No está en mí; Dios dará a Faraón una respuesta favorable.

Gén 41:17  Entonces habló Faraón a José: En mi sueño, he aquí, yo estaba de pie a la orilla del Nilo.

Gén 41:18  Y vi siete vacas gordas y de hermoso aspecto que salieron del Nilo; y pacían en el carrizal.

Gén 41:19  Pero he aquí, otras siete vacas subieron detrás de ellas, pobres, de muy mal aspecto y flacas, de tal fealdad como yo nunca había visto en toda la tierra de Egipto.

Gén 41:20  Y las vacas flacas y feas devoraron las primeras siete vacas gordas.

Gén 41:21  Pero cuando las habían devorado, no se podía notar que las hubieran devorado; pues su aspecto era tan feo como al principio. Entonces me desperté.

Gén 41:22  Y he aquí, en mi sueño también vi que siete espigas llenas y buenas crecían en una sola caña.

Gén 41:23  Y he aquí que siete espigas marchitas, menudas y quemadas por el viento solano, brotaron después de aquéllas;

Gén 41:24  y las espigas menudas devoraron a las siete espigas buenas. Y se lo conté a los adivinos, pero no hubo quien me lo pudiera explicar.

Iosef interpreta los sueños de Paró

Gén 41:25  Entonces José dijo a Faraón: Los dos sueños de Faraón son uno; Dios ha anunciado a Faraón lo que El va a hacer.

Gén 41:26  Las siete vacas buenas son siete años, y las siete espigas buenas son siete años; los dos sueños son uno.

Gén 41:27  Y las siete vacas flacas y feas que subieron detrás de ellas son siete años, y las siete espigas quemadas por el viento solano serán siete años de hambre.

Gén 41:28  Esto es lo que he dicho a Faraón: Dios ha mostrado a Faraón lo que va a hacer.

Gén 41:29  He aquí, vienen siete años de gran abundancia en toda la tierra de Egipto;

Gén 41:30  y después de ellos vendrán siete años de hambre, y será olvidada toda la abundancia en la tierra de Egipto; y el hambre asolará la tierra.

Gén 41:31  Y no se conocerá la abundancia en la tierra a causa del hambre que vendrá, que será muy severa.

Gén 41:32  Y en cuanto a la repetición del sueño a Faraón dos veces, quiere decir que el asunto está determinado por Dios, y Dios lo hará pronto.

Gén 41:33  Ahora pues, busque Faraón un hombre prudente y sabio, y póngalo sobre la tierra de Egipto.

Gén 41:34  Haga esto Faraón: nombre intendentes sobre el país y exija un quinto de la producción de la tierra de Egipto en los siete años de abundancia.

Gén 41:35  Y que ellos recojan todos los víveres de esos años buenos que vienen, y almacenen en las ciudades el grano para alimento bajo la autoridad de Faraón, y que lo protejan.

Gén 41:36  Y que los víveres sean una reserva para el país durante los siete años de hambre que ocurrirán en la tierra de Egipto, a fin de que el país no perezca durante el hambre.

Gén 41:37  Y la idea pareció bien a Faraón y a todos sus siervos.

Gén 41:38  Entonces Faraón dijo a sus siervos: ¿Podemos hallar un hombre como éste, en quien esté el espíritu de Dios?

Tercera aliyá, 41:39-52

Iosef, virrey de Egipto - Los siete años de abundancia

Gén 41:39  Y Faraón dijo a José: Puesto que Dios te ha hecho saber todo esto, no hay nadie tan prudente ni tan sabio como tú.

Gén 41:40  Tú estarás sobre mi casa, y todo mi pueblo obedecerá tus órdenes; solamente en el trono yo seré mayor que tú.

Gén 41:41  Faraón dijo también a José: Mira, te he puesto sobre toda la tierra de Egipto.

Gén 41:42  Y Faraón se quitó el anillo de sellar de su mano y lo puso en la mano de José; y lo vistió con vestiduras de lino fino y puso un collar de oro en su cuello.

Gén 41:43  Lo hizo montar en su segundo carro, y proclamaron delante de él: ¡Doblad la rodilla! Y lo puso sobre toda la tierra de Egipto.

Gén 41:44  Entonces Faraón dijo a José: Aunque yo soy Faraón, sin embargo, nadie levantará su mano ni su pie sin tu permiso en toda la tierra de Egipto.

Gén 41:45  Y Faraón llamó a José por el nombre de Zafnat-panea, y le dio por mujer a Asenat, hija de Potifera, sacerdote de On. Y salió José por toda la tierra de Egipto.

Gén 41:46  José tenía treinta años cuando se presentó ante Faraón, rey de Egipto. Y salió José de la presencia de Faraón y recorrió toda la tierra de Egipto.

Gén 41:47  Y produjo la tierra a manos llenas durante los siete años de abundancia.

Gén 41:48  Y él recogió todo el fruto de estos siete años de abundancia que hubo en la tierra de Egipto, y guardó el alimento en las ciudades; y guardó en cada ciudad el fruto de sus campos circunvecinos.

Gén 41:49  Así José almacenó grano en gran abundancia, como la arena del mar, hasta que dejó de medirlo porque no se podía medir.

Iosef se casa y tiene dos hijos

Gén 41:50  Y le nacieron a José dos hijos antes de que llegaran los años de hambre, los que le dio a luz Asenat, hija de Potifera, sacerdote de On.

Gén 41:51  Y al primogénito José le puso el nombre de Manasés, porque dijo: Dios me ha hecho olvidar todo mi trabajo y toda la casa de mi padre.

Gén 41:52  Y al segundo le puso el nombre de Efraín, porque dijo: Dios me ha hecho fecundo en la tierra de mi aflicción.

Cuarta aliyá, 41:53 - 42:18

Los siete años de carestía

Gén 41:53  Cuando pasaron los siete años de abundancia que había habido en la tierra de Egipto,

Gén 41:54  y comenzaron a venir los siete años de hambre, tal como José había dicho, entonces hubo hambre en todas las tierras; pero en toda la tierra de Egipto había pan.

Gén 41:55  Cuando se sintió el hambre en toda la tierra de Egipto, el pueblo clamó a Faraón por pan; y Faraón dijo a todos los egipcios: Id a José, y haced lo que él os diga.

Gén 41:56  Y el hambre se extendió sobre toda la faz de la tierra. Entonces José abrió todos los graneros y vendió a los egipcios, pues el hambre era severa en la tierra de Egipto.

Gén 41:57  Y de todos los países venían a Egipto para comprar grano a José, porque el hambre era severa en toda la tierra.

CAPÍTULO 42

Iaacov envía sus hijos a Egipto

Gén 42:1  Viendo Jacob que había alimento en Egipto, dijo a sus hijos: ¿Por qué os estáis mirando?

Gén 42:2  Y dijo: He aquí, he oído que hay alimento en Egipto; descended allá, y comprad de allí un poco para nosotros, para que vivamos y no muramos.

Gén 42:3  Entonces diez hermanos de José descendieron para comprar grano en Egipto.

Gén 42:4  Pero a Benjamín, hermano de José, Jacob no lo envió con sus hermanos, porque dijo: No sea que le suceda algo malo.

Gén 42:5  Y fueron los hijos de Israel con los que iban a comprar grano, pues también había hambre en la tierra de Canaán.

Gén 42:6  Y José era el que mandaba en aquella tierra; él era quien vendía a todo el pueblo de la tierra. Y llegaron los hermanos de José y se postraron ante él rostro en tierra.

Gén 42:7  Cuando José vio a sus hermanos, los reconoció, pero fingió no conocerlos y les habló duramente. Y les dijo: ¿De dónde habéis venido? Y ellos dijeron: De la tierra de Canaán para comprar alimentos.

Iosef acusa a sus hermanos de espías

Gén 42:8  José había reconocido a sus hermanos, aunque ellos no lo habían reconocido.

Gén 42:9  José se acordó de los sueños que había tenido acerca de ellos, y les dijo: Sois espías; habéis venido para ver las partes indefensas de nuestra tierra.

Gén 42:10  Entonces ellos le dijeron: No, señor mío, sino que tus siervos han venido para comprar alimentos.

Gén 42:11  Todos nosotros somos hijos de un mismo padre; somos hombres honrados, tus siervos no son espías.

Gén 42:12  Pero él les dijo: No, sino que habéis venido para ver las partes indefensas de nuestra tierra.

Gén 42:13  Mas ellos dijeron: Tus siervos son doce hermanos, hijos del mismo padre en la tierra de Canaán; y he aquí, el menor está hoy con nuestro padre, y el otro ya no existe.

Gén 42:14  Y José les dijo: Es tal como os dije: sois espías.

Gén 42:15  En esto seréis probados; por vida de Faraón que no saldréis de este lugar a menos que vuestro hermano menor venga aquí.

Gén 42:16  Enviad a uno de vosotros y que traiga a vuestro hermano, mientras vosotros quedáis presos, para que sean probadas vuestras palabras, a ver si hay verdad en vosotros. Y si no, ¡por vida de Faraón!, ciertamente sois espías.

Gén 42:17  Y los puso a todos juntos bajo custodia por tres días.

Gén 42:18  Y José les dijo al tercer día: Haced esto y viviréis, pues yo temo a Dios:

Quinta aliyá, 42:19 - 43:15

Gén 42:19  si sois hombres honrados, que uno de vuestros hermanos quede encarcelado en vuestra prisión; y el resto devosotros, id, llevad grano para el hambre de vuestras casas;

Gén 42:20  y traedme a vuestro hermano menor, para que vuestras palabras sean verificadas, y no moriréis. Y así lo hicieron.

Los hermanos reconocen entre ellos su culpa por haber vendido a Iosef

Gén 42:21  Entonces se dijeron el uno al otro: Verdaderamente somos culpables en cuanto a nuestro hermano, porque vimos la angustia de su alma cuando nos rogaba, y no lo escuchamos, por eso ha venido sobre nosotros esta angustia.

Gén 42:22  Y Rubén les respondió, diciendo: ¿No os dije yo: "No pequéis contra el muchacho" y no me escuchasteis? Ahora hay que rendir cuentas por su sangre.

Gén 42:23  Ellos, sin embargo, no sabían que José los entendía, porque había un intérprete entre él y ellos.

Iosef retiene a su hermano Shimón

Gén 42:24  Y se apartó José de su lado y lloró. Y cuando volvió a ellos y les habló, tomó de entre ellos a Simeón, y lo ató a la vista de sus hermanos.

Gén 42:25  José mandó que les llenaran sus vasijas de grano y que devolvieran el dinero a cada uno poniéndolo en su saco, y que les dieran provisiones para el camino. Y así se hizo con ellos.

Gén 42:26  Ellos, pues, cargaron el grano sobre sus asnos, y partieron de allí.

Gén 42:27  Y cuando uno de ellos abrió su saco para dar forraje a su asno en la posada, vio que su dinero estaba en la boca de su costal.

Gén 42:28  Entonces dijo a sus hermanos: Me ha sido devuelto mi dinero, y he aquí, está en mi costal. Y se les sobresaltó el corazón, y temblando se decían el uno al otro: ¿Qué es esto que Dios nos ha hecho?

Los hermanos le cuentan a su padre todo lo acontecido en Egipto

Gén 42:29  Cuando llegaron a su padre Jacob en la tierra de Canaán, le contaron todo lo que les había sucedido:

Gén 42:30  El hombre, el señor de aquella tierra, nos habló duramente y nos tomó por espías del país.

Gén 42:31  Pero nosotros le dijimos: "Somos hombres honrados, no somos espías.

Gén 42:32  "Somos doce hermanos, hijos de nuestro padre; uno ya no existe, y el menor está hoy con nuestro padre en la tierra de Canaán."

Gén 42:33  Y el hombre, el señor de aquella tierra, nos dijo: "Por esto sabré que sois hombres honrados: dejad uno de vuestros hermanos conmigo y tomad grano para el hambre de vuestras casas, y marchaos;

Gén 42:34  pero traedme a vuestro hermano menor para que sepa yo que no sois espías, sino hombres honrados. Os devolveré a vuestro hermano, y podréis comerciar en la tierra."

Gén 42:35  Y sucedió que cuando estaban vaciando sus sacos, he aquí que el atado del dinero de cada uno estaba en su saco; y cuando ellos y su padre vieron los atados de su dinero, tuvieron temor.

Gén 42:36  Y su padre Jacob les dijo: Me habéis privado de mis hijos; José ya no existe, y Simeón ya no existe, y os queréis llevar a Benjamín; todas estas cosas son contra mí.

Gén 42:37  Entonces Rubén habló a su padre, diciendo: Puedes dar muerte a mis dos hijos, si no te lo traigo; ponlo bajo mi cuidado, y yo te lo devolveré.

Gén 42:38  Pero Jacob dijo: Mi hijo no descenderá con vosotros; pues su hermano ha muerto, y me queda sólo él. Si algo malo le acontece en el viaje en que vais, haréis descender mis canas con dolor al Seol

CAPÍTULO 43

Iaacov no quiere enviar a Egipto a su hijo Biniamín

Gén 43:1  Y el hambre iba agravándose en la tierra.

Gén 43:2  Y sucedió que cuando acabaron de comer el grano que habían traído de Egipto, su padre les dijo: Volved allá y compradnos un poco de alimento.

Gén 43:3  Pero Judá le respondió, diciendo: Aquel hombre claramente nos advirtió: "No veréis mi rostro si vuestro hermano no está con vosotros."

Gén 43:4  Si envías a nuestro hermano con nosotros, descenderemos y compraremos alimento;

Gén 43:5  pero si no lo envías, no descenderemos; porque el hombre nos dijo: "No veréis mi rostro si vuestro hermano no está con vosotros."

Gén 43:6  Entonces Israel respondió: ¿Por qué me habéis tratado tan mal, informando al hombre que teníais un hermano más?

Gén 43:7  Pero ellos dijeron: El hombre nos preguntó específicamente acerca de nosotros y nuestros familiares, diciendo: "¿Vive aún vuestro padre? ¿Tenéis otro hermano?" Y nosotros contestamos sus preguntas. ¿Acaso podíamos nosotros saber que él diría: "Traed a vuestro hermano"?

Gén 43:8  Y Judá dijo a su padre Israel: Envía al muchacho conmigo, y nos levantaremos e iremos, para que vivamos y no perezcamos, tanto nosotros como tú y nuestros pequeños.

Gén 43:9  Yo me haré responsable de él; de mi mano lo demandarás. Si yo no te lo vuelvo a traer y lo pongo delante de ti, que lleve yo la culpa para siempre delante de ti;

Gén 43:10  porque si no hubiéramos perdido tiempo, sin duda ya habríamos vuelto dos veces.

Finalmente, Iaacov acepta enviar a su hijo Biniamín a Egipto

Gén 43:11  Entonces su padre Israel les dijo: Si así tiene que ser, haced esto: tomad de los mejores productos de la tierra en vuestras vasijas, y llevad a aquel hombre como presente un poco de bálsamo y un poco de miel, resina aromática, mirra, nueces y almendras.

Gén 43:12  Y tomad doble cantidad de dinero en vuestra mano, y llevad de nuevo en vuestra mano el dinero que fue devuelto en la boca de vuestros costales; tal vez fue un error.

Gén 43:13  Tomad también a vuestro hermano, levantaos y volved a aquel hombre;

Gén 43:14  y que el Dios Todopoderoso os conceda misericordia ante aquel hombre para que ponga en libertad al otro hermano vuestro y a Benjamín. En cuanto a mí, si he de ser privado de mis hijos, que así sea.

Gén 43:15  Tomaron, pues, los hombres este presente, y tomaron doble cantidad de dinero en su mano y a Benjamín, y se levantaron y descendieron a Egipto y se presentaron delante de José.

Iosef reconoce a Biniamín

Sexta aliyá, 43:16-29 

Gén 43:16  Cuando José vio a Benjamín con ellos, dijo al mayordomo de su casa: Haz entrar a estos hombres a casa, y mata un animal y prepáralo, porque estos hombres comerán conmigo al mediodía.

Gén 43:17  El hombre hizo como José le dijo, y llevó a los hombres a casa de José.

Gén 43:18  Y los hombres tenían miedo porque eran llevados a casa de José y dijeron: Por causa del dinero que fue devuelto en nuestros costales la primera vez hemos sido traídos aquí, para tener pretexto contra nosotros y caer sobre nosotros y tomarnos por esclavos con nuestros asnos.

Gén 43:19  Entonces se acercaron al mayordomo de la casa de José, y le hablaron a la entrada de la casa,

Gén 43:20  y dijeron: Oh señor mío, ciertamente descendimos la primera vez para comprar alimentos;

Gén 43:21  y sucedió que cuando llegamos a la posada, abrimos nuestros costales, y he aquí, el dinero de cada uno estaba en la boca de su costal, todo nuestro dinero. Así que lo hemos vuelto a traer en nuestra mano.

Gén 43:22  También hemos traído otro dinero en nuestra mano para comprar alimentos; no sabemos quién puso nuestro dinero en nuestros costales.

Gén 43:23  Y él dijo: No os preocupéis, no temáis. Vuestro Dios y el Dios de vuestro padre os ha dado ese tesoro en vuestros costales; yo recibí vuestro dinero. Entonces les sacó a Simeón.

Gén 43:24  Después el hombre llevó a los hombres a casa de José, y les dio agua y se lavaron los pies; y dio forraje a sus asnos.

Gén 43:25  Entonces prepararon el presente para la venida de José al mediodía; pues habían oído que iban a comer allí.

Gén 43:26  Cuando José regresó a casa, le trajeron el presente que tenían en su mano a la casa y se postraron ante él en tierra.

Gén 43:27  Entonces él les preguntó cómo se encontraban, y dijo: ¿Cómo está vuestro anciano padre de quien mehablasteis? ¿Vive todavía?

Gén 43:28  Y ellos dijeron: Tu siervo nuestro padre está bien; todavía vive. Y ellos se inclinaron en reverencia.

Gén 43:29  Al alzar él sus ojos y ver a su hermano Benjamín, hijo de su madre, dijo: ¿Es éste vuestro hermano menor de quien me hablasteis? Y dijo: Dios te imparta su favor, hijo mío.

Séptima aliyá, 43:30 - 44:17

Gén 43:30  Y José se apresuró a salir, pues se sintió profundamente conmovido a causa de su hermano y buscó donde llorar; y entró en su aposento y lloró allí.

Gén 43:31  Después se lavó la cara y salió, y controlándose, dijo: Servid la comida.

Gén 43:32  Y le sirvieron a él aparte, y a ellos aparte, y a los egipcios que comían con él, también aparte; porque los egipcios no podían comer con los hebreos, pues esto es abominación para los egipcios.

Gén 43:33  Y los sentaron delante de él, el primogénito conforme a su primogenitura, y el más joven conforme a su juventud, y los hombres se miraban unos a otros con asombro.

Gén 43:34  El les llevó porciones de su propia mesa, pero la porción de Benjamín era cinco veces mayor que la de cualquiera de ellos. Bebieron, pues, y se alegraron con él.

CAPÍTULO 44

La última prueba: Biniamín es acusado de robo

Gén 44:1  Entonces José ordenó al mayordomo de su casa, diciendo: Llena de alimento los costales de los hombres, todo lo que puedan llevar, y pon el dinero de cada uno de ellos en la boca de su costal.

Gén 44:2  Y mi copa, la copa de plata, ponla en la boca del costal del menor, con el dinero de su grano. Y él hizo conforme a lo que había dicho José.

Gén 44:3  Al rayar el alba, fueron despedidos los hombres con sus asnos.

Gén 44:4  Cuando habían salido ellos de la ciudad, y no estaban muy lejos, José dijo al mayordomo de su casa: Levántate, sigue a esos hombres; y cuando los alcances, diles: "¿Por qué habéis pagado mal por bien?

Gén 44:5  "¿No es esta la copa en que bebe mi señor, y que de hecho usa para adivinar? Obrasteis mal en lo que hicisteis."

Gén 44:6  Así que los alcanzó, les dijo estas palabras.

Gén 44:7  Y ellos le dijeron: ¿Por qué habla mi señor de esta manera? Lejos esté de tus siervos hacer tal cosa.

Gén 44:8  He aquí, el dinero que encontramos en la boca de nuestros costales, te lo volvimos a traer de la tierra de Canaán. ¿Cómo, pues, habíamos de robar de la casa de tu señor plata u oro?

Gén 44:9  Aquel de tus siervos que sea hallado con ella, que muera, y también nosotros entonces seremos esclavos de mi señor.

Gén 44:10  Y él dijo: Sea ahora también conforme a vuestras palabras; aquel que sea hallado con ella será mi esclavo, y los demás de vosotros seréis inocentes.

Gén 44:11  Ellos se dieron prisa; cada uno bajó su costal a tierra, y cada cual abrió su costal.

La copa real es hallada en la saca de Biniamín

Gén 44:12  Y él registró, comenzando con el mayor y acabando con el menor; y la copa fue hallada en el costal de Benjamín.

Gén 44:13  Entonces ellos rasgaron sus vestidos, y después de cargar cada uno su asno, regresaron a la ciudad.

Maftir

Gén 44:14  Cuando Judá llegó con sus hermanos a casa de José, él estaba aún allí, y ellos cayeron a tierra delante de él.

Gén 44:15  Y José les dijo: ¿Qué acción es esta que habéis hecho? ¿No sabéis que un hombre como yo puede ciertamente adivinar?

Gén 44:16  Entonces dijo Judá: ¿Qué podemos decir a mi señor? ¿Qué podemos hablar y cómo nos justificaremos? Dios ha descubierto la iniquidad de tus siervos; he aquí, somos esclavos de mi señor, tanto nosotros como aquel en cuyo poder fue encontrada la copa.

Gén 44:17  Mas él respondió: Lejos esté de mí hacer eso. El hombre en cuyo poder ha sido encontrada la copa será mi esclavo; pero vosotros, subid en paz a vuestro padre.

HAFTARAT MIKETZ

1 Melajim (Reyes) 3:15 - 4:1

1 Melajim (Reyes) 3

Sabiduría de Shelomó (el Rey Salomón)

1Re 3:15  Salomón se despertó y vio que había sido un sueño. Entró en Jerusalén y se puso delante del arca del pacto del SEÑOR; ofreció holocaustos e hizo ofrendas de paz, y también dio un banquete para todos sus siervos.

1Re 3:16  Por ese tiempo dos mujeres que eran rameras, vinieron al rey y se presentaron delante de él.

1Re 3:17  Y una de las mujeres dijo: Oh, mi señor, yo y esta mujer vivimos en la misma casa; y yo di a luz estando con ella en la casa.

1Re 3:18  Y sucedió que al tercer día después de dar yo a luz, esta mujer también dio a luz; estábamos juntas, nadie de fuera estaba con nosotras en la casa, solamente nosotras dos.

1Re 3:19  Y el hijo de esta mujer murió durante la noche, porque ella se durmió sobre él.

1Re 3:20  Entonces ella se levantó a medianoche, tomó a mi hijo de mi lado mientras tu sierva estaba dormida y lo puso en su regazo, y a su hijo muerto lo puso en mi regazo.

1Re 3:21  Cuando me levanté al amanecer para dar el pecho a mi hijo, he aquí que estaba muerto; pero cuando lo observé con cuidado por la mañana, vi que no era mi hijo, el que yo había dado a luz.

1Re 3:22  Entonces la otra mujer dijo: No, pues mi hijo es el que vive y tu hijo es el muerto. Pero la primera mujer dijo: No, tu hijo es el muerto y mi hijo es el que vive. Así hablaban ellas delante del rey.

1Re 3:23  Entonces el rey dijo: Esta dice: "Este es mi hijo que está vivo y tu hijo es el muerto"; y la otra dice: "No, porque tu hijo es el muerto y mi hijo es el que vive."

1Re 3:24  Y el rey dijo: Traedme una espada. Y trajeron una espada al rey.

1Re 3:25  Entonces el rey dijo: Partid al niño vivo en dos, y dad la mitad a una y la otra mitad a la otra.

1Re 3:26  Entonces la mujer de quien era el niño vivo habló al rey, pues estaba profundamente conmovida por su hijo, y dijo: Oh, mi señor, dale a ella el niño vivo, y de ninguna manera lo mates. Pero la otra decía: No será ni mío ni tuyo; partidlo.

1Re 3:27  Entonces el rey respondió y dijo: Dad el niño vivo a la primera mujer, y de ninguna manera lo matéis. Ella es la madre.

1Re 3:28  Cuando todo Israel oyó del juicio que el rey había pronunciado, temieron al rey, porque vieron que la sabiduría de Dios estaba en él para administrar justicia.

1 Melajim (Reyes) 4

1Re 4:1  El rey Salomón fue, pues, rey sobre todo Israel.

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